Unas semanas antes de que el gobernador electo, Cuitláhuac García, asumiera el poder en diciembre de 2018, el regiomontano Hugo Gutiérrez Maldonado fue recibido por algunos morenistas de Veracruz con la misma reverencia manifestada quinientos años atrás por sus ancestros al conquistador español Hernán Cortés.
La principal atracción de este personaje no era su polémica trayectoria como jefe policiaco en Nuevo León, su estado natal, sino su presumido parentesco con la señora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Nadie se preocupó por investigar y verificar sus antecedentes y, si acaso lo hicieron, optaron por guardar un prudente pero cómplice silencio.
La primera mala señal fue que, al asumir la titularidad de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), incluyó en su currículum un doctorado sobre el “Nuevo Sistema Penal Acusatorio” que supuestamente había cursado ¡en un año! en el Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminología, de Monterrey a la que la SEP le había negado en 2008 el Registro de Validez Oficial de Estudios (RVOE). A mediados de diciembre de 2018 la revista Proceso desmintió su título académico al investigar que en la oferta educativa del Cescijuc no existía tal doctorado.
Ahora que el pasado jueves 20 presentó sorpresivamente su renuncia al gobernador García Jiménez pretextando que “debo atender cuestiones muy personales que me reclaman e impiden seguir destinando todo el tiempo que este encargo demanda…”, el diario Reforma publicó que cuando Gutiérrez Maldonado se desempeñó como director del Centro de Operaciones (CEO) en Nuevo León, fue destituido en 2016 acusado de extorsión.
El diario capitalino reseñó que Hugo Gutiérrez, un fiscal y 28 policías del CEO fueron relevados tras la aprehensión de dos de sus subordinados. Según la versión periodística, los elementos bajo su mando habrían extorsionado a un empresario, al exigirle 300 mil pesos para dejarlo comercializar diesel. Pero refiere también que otros empresarios denunciaron actos de chantaje, secuestros y narcomenudeo en manos de policías que trabajaban para Gutiérrez Maldonado.
En los casi cuatro años que se desempeñó como titular de la SSP en Veracruz se denunciaron una serie de abusos policiacos que inclusive provocaron la muerte de algunos detenidos que fallecieron a causa de los golpes que recibieron en los separos del llamado cuartel San José, de Xalapa.
Otro escándalo fue el abusivo cobro de las grúas, un jugoso negocio concesionado por la SSP a particulares que les generan millonarios ingresos por el arrastre de vehículos mal estacionados. Ante las protestas ciudadanas y hasta de los diputados locales de Morena, el gobernador le encargó regular la prestación de este servicio, pero se fue sin entregar el reglamento que prometió entraría en vigor desde septiembre pasado.
La gota que al parecer derramó el vaso fue la desaparición del coordinador de la Policía Vial, José Alan Cuetero Meza, por la que la Fiscalía General del Estado imputó a cuatro de sus colaboradores.
Su renuncia, coincidentemente, se dio horas después de que la mañana del jueves se ventilara este caso en la conferencia del presidente López Obrador en Palacio Nacional.
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