El asunto del agua en Xalapa como en muchas regiones de Veracruz, va mucho más allá de su escasez.
La falta de agua -no sólo en la capital de Veracruz- es un problema de salud pública, y ante los avisos preventivos de la CONAGUA por efectos de los fenómenos el niño y la niña en este 2025 podría llevar a problemas de niveles insospechados.
Y es que, la falta de agua potable en una ciudad, localidad o comunidad le lleva a la población usuaria - temporal o permanentemente- a mover hábitos en lo personal y colectivo.
Dicho lo anterior, representa un riesgo a la salud e involucra cambios en los hábitos de aseo del cuidado personal. Y en algunas zonas suburbanas y rurales como toda área desprotegida, crece la posibilidad de vulnerabilidad.
Las poblaciones infantil y la tercera edad son las de mayor exposición a las enfermedades derivadas de la falta de agua; los focos de infección igualmente son más frecuentes en las zonas sin agua, según datos de Inegi y, sobre todo, del sector salud.
Las zonas periurbanas - aquellas con espacios contiguos a los grupos de mayor población y aglomeraciones urbanas y que sirven de una interface entre lo urbano y lo rural, es decir, son áreas donde se encuentra y se mezcla la ciudad y el campo - es ahí donde conseguir algunas cubetas con agua para las necesidades básicas de la familia conlleva a "la ausencia como el abandono escolar en una mayor medida".
No tener acceso al agua necesaria, se traduce en el aumento de los riesgos para adquirir un mayor número de enfermedades, y está comprobado que los crecientes tandeos, implica entender que lo urgente es buscar y encontrar nacimientos y afluentes con agua, y entubarla para suministrarla a la mayor población posible.
Los reportes del sector salud oficial, asegura que en localidades con una mayor escasez de agua, acrecenta las
enfermedades que se padecen en la actualidad,- principalmente la niñez en condición de pobreza,- y así es como están vinculadas a la calidad del agua que todos consumimos, ya sea por saturación de bacterias o sustancias tóxicas.
Posterior al Covid-19 la disminución en la resistencia en cuerpos humanos - según OMS y UNICEF - la morbilidad
(presencia de enfermedades), por la falta de agua viene en aumento, y eso se traduce en tratamientos médicos que van a la alza, de ahí que el asunto del agua sea también un tema en materia de salud pública.
Reza el refrán popular que: ´febrero loco y marzo otro poco, y justamente por los cambios atmosféricos.
En ese sentido, en próximas semanas y quizá por largos lapsos, los casos de afectaciones en la salud por escasez de agua,- tristemente,- pueden ir en aumento, pues el periodo de calor y cambios climatológicos apenas han comenzado, que sumado a la falta de agua suministrada, los efectos en las manifestaciones sociales aumentaría el reclamo ciudadano.
La escasez de agua es un problema de salud pública de manera directa en pacientes con diarrea, deshidratación, afectaciones renales, hipertensión, entre otros, e incrementa demanda en en áreas de urgencia y emergencia en centros de salud, clínicas y hospitales.
A todos los ríos de Veracruz les urge dragarlos y sanearlos, "sobretodo les urge tener agua", de lo contrario la escasez y la demanda continuarán.
Los ríos desde Pánuco, Tempoal, Tuxpan, Cazones, Tecolutla, Nautla, Misantla, Actopan, La Antigua, Jamapa, Blanco, Papaloapan, Coatzacoalcos y Tonalá, necesitan del alivio institucional.
Lo que se ve y sucede en la arena del quehacer público, suele tejerse antes y previamente, pero no a la vista, ni antes ni después, sino en el momento justo.
Y es que el poder político otorga a las personas ejercer un comportamiento que permite influir, en el pensamiento o en la actuación de quienes deciden.
Así pues, ya sabremos en los días por venir de los efectos ante los acuerdos entre la Presidenta Sheinbaum y la Gobernadora Nahle que beneficien a Veracruz.
¡ES CUANTO!
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