Somos muchos los que seguimos impactados por los resultados arrojados por las elecciones del pasado 2 de junio.
Hay varios detalles que deseo compartirles. Nunca en mi vida había visto una votación tan copiosa como la del pasado domingo. Estuve como funcionario de casilla y pude constatar que había docenas de personas haciendo fila desde antes de que comenzara la jornada electoral.
Al contar los votos emitidos calculamos que votaron aproximadamente el 74% de la lista nominal de electores que integran la sección donde estuve como 2º secretario.
La nutrida participación ciudadana que observé se repitió en otras casillas, lo que pone en duda la versión oficial de que ahora votaron menos personas que en el 2018.
Incluso vi con emoción cómo personas de la tercera edad acudieron a votar con entusiasmo. Algunas iban en silla de ruedas, otras recibiendo apoyo de sus familiares para caminar; pero todas pensando en conseguir mediante su voto lo mejor para el país.
Al hacer el conteo final de los sufragios emitidos, los resultados indicaron que por cada voto de MORENA había de 4 a 5 votos para Acción Nacional.
Supusimos que así podría haber sido en el resto del país. Pensamos que Xóchitl había ganado de calle.
Al día siguiente nos encontramos con la sorpresa de que MORENA había arrasado no solo en la elección presidencial, sino también en las de diputados locales y federales, al igual que en las senadurías y gubernaturas.
Esto no tiene lógica alguna. Resulta inexplicable que el partido que fracasó rotundamente y que tiene a los hospitales en condiciones lastimosas y sin medicinas; que hizo retroceder la calidad de la educación pública, que quitó las guarderías, que suprimió el Seguro Popular, que sobre endeudó al país, que ha obtenido el más bajo crecimiento económico de los últimos sexenios; que no ha controlado la inflación, que ofreció la gasolina a $10.00 el litro y que en la construcción del Tren Maya afirmó rotundamente que no talaría un sólo árbol, (cuando arrasó con millones de éstos); que propició una inseguridad alarmante y que no combatió a fondo la corrupción, resulte ahora premiado por la ciudadanía y vuelva a ganar las elecciones, pero esta vez por una mayoría aplastante. Esto no es lógico.
Existen varias lecturas y surgen diversas incógnitas que espero se aclaren con el tiempo, por el bien de la república.
Una causa bastante probable fue el manejo político de los programas sociales, destinados no a acabar con la pobreza, sino a mantenerla activa, porque su función es controlar con dinero a los votantes cautivos que por interés o por necesidad se ven forzados a sufragar por el partido en el poder.
Los llamados siervos de la nación, que es un grupo al servicio de MORENA pagado con nuestros impuestos, se encargó de visitar a todos los que reciben algún programa social para advertirles que si no ganaba MORENA, se acabarían las ayudas que “les mandaba López Obrador”.
Hay 25 millones de familias que reciben dinero gratis que sale de quienes sí producimos y pagamos impuestos. Si de cada familia beneficiada 1.5 personas en promedio votaron por la continuidad de MORENA en el gobierno, ahí está la explicación de la numerosa votación alcanzada por dicho partido.
Aparte, hay que sumarle las trampas que se pueden hacer desde el poder, como la presión a la burocracia para que vote por los candidatos oficiales, la compra del voto con dinero en efectivo de dudosa procedencia y desde luego las presiones hechas a los electores en las zonas donde la delincuencia domina.
Deben considerarse también las mil y una trampas que pudieron aplicar quienes antes de entrar al llamado Movimiento de Regeneración Nacional aprendieron a hacer de las suyas en los partidos donde antes militaban y que por conveniencia política ahora rechazan, renegando de quienes en su momento les dieron un “hueso” para que vivieran. Al acabárseles el cargo y con ello las oportunidades, migraron a MORENA para seguir viviendo del presupuesto.
Sin embargo, se llevaron con ellos el “know-how”, de cómo ganar elecciones empleando diversos trucos.
A esto hay que agregarle los votos de quienes realmente creen que MORENA es la esperanza de México y sin embargo voltean para otro lado cuando les hablan de la corrupción que no se acaba, ni se combate en forma suficiente. También se tapan los oídos cuando les hablan de las grandes fortunas que empiezan salir a la luz pública, amasadas por políticos que llegaron al cargo con una mano atrás y otra adelante.
Lo más peligroso de todo es que si MORENA obtiene la mayoría calificada en el Congreso, acabará con la Suprema Corte de Justicia y también con las instituciones que en los últimos años mantuvieron el poder en equilibrio, evitando excesos y ocurrencias como los que ya se ven venir y que con el solo hecho de anunciarlas hicieron que la bolsa de valores se desplomara y el peso se devaluara.
Y es que un poder sin contrapesos es siempre un peligro para cualquier nación.
Veremos qué pasa.
¿No les parece a Ustedes?
Muchas gracias y buen fin de semana.
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