El gran drama generado por la pandemia que impactará el futuro del país se refleja en un dato: casi 9 millones de niñas y niños abandonaron la escuela.
País al garete, sin porvenir. Analfabeta funcional. Inculto. Desconectado: eso somos hoy.
La causa de la deserción fue el abandono: 2.3 millones no se inscribieron por la pandemia. 2.9 millones por falta de recursos económicos. El resto, 3.6 millones, porque tuvieron que ir a trabajar.
Puede entenderse, no justificarse, la deserción por miedo al contagio. Jamás que la infancia se aleje de las aulas por carencia: sea por no tener para pagar las cuotas, los uniformes, el transporte o, igual, porque el dinero en casa no alcanza y deben irse a trabajar.
¿En qué? Nadie lo sabe.
Solo sabemos que el país perdió 6 millones de plazas de trabajo, formales e informales.
El gobierno federal abandonó a su suerte a las personas. Para millones, no hubo compasión.
El gobierno de Morena se demostró incapaz e insensible.
Por eso se limitó a seguir dando los apoyos sociales ordinarios. Ignoró a las familias que perdieron empleo. A los negocios familiares que cerraron. A la dura realidad del aislamiento digital de una inmensa capa de la población.
México: el país del planeta con menos apoyos a su gente por la pandemia, sólo superado por Uganda.
No hubo sensibilidad, ni creatividad, ni comprensión al drama de que nuestros hijos abandonen la educación.
Pudo haber becas a familias para mantener a las y los niños en la escuela. Pudo haber vales de uniformes. Apoyos de transporte. Dinero en efectivo a familias sin empleo. Programas de alimentación. Médicos a domicilio.
Pero no fue así por una razón: Morena cree en la pobreza como destino. Por eso no le interesa el progreso, sino la subsistencia.
La deserción es una condena. Al rezago. Al peor subdesarrollo: el mental.
La pandemia no fue culpa del gobierno. Muchas de sus consecuencias, sí.
Hay pocas imágenes más tristes, más desgarradoras que ver, como hoy, una escuela vacía.
O una niña, un niño, trabajando.
Habrá que liberar mucho apoyo a la gente para que la infancia y la juventud vuelvan a las escuelas.
Y para entender que la brecha digital será, en el futuro, la gran fuente de desigualdad.
@fvazquezrig
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