Ante los rumores que comenzaron a circular el miércoles acerca de la posible salida de Eric Cisneros de la Secretaría de Gobierno luego de conocerse una grabación en la que la asesinada alcaldesa perredista de Jamapa, Florisel Ríos Delfín, revelaba que días antes le había solicitado protección ante el temor de sufrir un atentado criminal pero que el titular de la SEGOB le regateó el apoyo y la maltrató, el gobernador Cuitláhuac García afirmó ayer que no habrá cambios en su gabinete y negó que en Veracruz haya crisis en materia de seguridad y gobernabilidad.
Ya desde la noche anterior, también el senador Ricardo Ahued, quien comenzó a ser mencionado para ocupar esa relevante posición en el gobierno estatal, había desmentido categóricamente esa versión.
“Desmiento categóricamente que se me haya solicitado pedir licencia como senador de la República para incorporarme a otro cargo público, de hecho estoy convocado para la siguiente sesión el próximo miércoles 18 de este mes, para seguir cumpliendo con mis responsabilidades y obligaciones. Desconozco la nota que está circulando en redes el día de hoy, saludos cordiales”, difundió por Facebook el exalcalde de Xalapa.
Ahued, como otros políticos y funcionarios cercanos al círculo del mandatario estatal y del presidente López Obrador, tiene claro que Cisneros es inamovible en el gobierno de Veracruz por ser el alfil de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, cuyo proyecto a la gubernatura de Veracruz para 2024 apoyan Cuitláhuac y AMLO
A muchos disgusta el estilo de Cisneros, quien es el segundo ingeniero que ocupa la SEGOB. Antes que él encabezó esa dependencia eminentemente política Gerardo Buganza, un expanista cordobés que en la sucesión estatal de 2010 se alió con Javier Duarte para vencer a su enemigo común Miguel Ángel Yunes Linares. Sin embargo, pese a su formación profesional técnica, Buganza Salmerón se desempeñó con la misma ortodoxia y oficio político que los abogados que le antecedieron.
En cambio, por su trato áspero y distante, el agrónomo oriundo de Otatitlán se ha ganado la antipatía de algunos líderes políticos, sociales, religiosos, empresariales y, sobre todo, de los medios de comunicación.
Pero quienes tuvieron oportunidad de tratarlo desde su retorno a Veracruz –pues en su infancia su familia tuvo que irse a residir a Baja California Sur, donde estudió y se desarrolló profesionalmente–, se percataron que Cisneros ya traía mentalmente bien insertado el chip de la Cuarta Transformación, muy firme en su convicción de que el ejercicio del poder y, por ende, las relaciones políticas deben cambiar radicalmente en Veracruz y en el país, tal como lo pregonan también el presidente López Obrador, su jefe el gobernador y su hada madrina Rocío Nahle.
Ayer, el mandatario veracruzano le dio un gran espaldarazo a Cisneros, al responder que actúa bajo sus instrucciones y que hasta ahora le ha dado buenos resultados, mientras que en Palacio Nacional, el Presidente reiteró que Cuitláhuac… ¡es el mejor gobernador que ha tenido Veracruz!
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