Cómo el evento del año, se puso en marcha el nuevo Café de la Parroquia en la riviera veracruzana.
Presentes personalidades relevantes de la política, la cultura y la empresa.
El Gran Café de la Parroquia 623 de Alvarado, recibe esta gran denominación en honor al número del cuartel de manzana donde se ubicaba el Café hace 216 años, en la calle de independencia actualmente centro histórico de la ciudad y puerto de Veracruz, fundado por los hermanos Juan y Martin Urdapilleta, ahora abre sus puertas en este nuevo recinto, el cual albergará seguramente a todas las familias veracruzanas y que a través de la historia se ha edificado como un verdadero pabellón de cultura, ya que ha sido protagonista en la construcción del capital cultural actual de los veracruzanos, dijo en su mensaje el capitán Angel Fernández Ceballos.
Destacó, que en 1808, un joven catalán llamado José Capdevilla abrió el Portal de la Parroquia, el cual fue construido en 1740, un establecimiento que empezó a operar como una pulpería o tienda de abarrotes, ahí se vendía y fabricaba té y vino, además de café, éste en ese entonces era un producto novedoso para esa época según la crónica de Salvador Novo, ya que a principios del siglo XVIII el café era un producto de importación en el Nuevo Mundo.
En 1863 se inauguró la línea de carruajes públicos, situado frente al Gran Café de la Parroquia, de esta manera surgen los coches públicos de tracción animal como una necesidad de transporte en la ciudad, hasta consolidarse en 1880 como Ferrocarril Urbano de Veracruz, conocido como el tranvía y bajo el patrocinio de Almacenes García, quien a partir de la década de 1960 impuso un movimiento comercial y social, los choferes del tranvía hacían su parada en la esquina de Independencia y Zamora tocando su campana, donde pasaban a recoger su lechero, justo ahí nace la tradición del tintineo, lo que simboliza y nos distingue en los procesos de atención al cliente.
A finales del siglo XIX se crea una forma tradicional de comunicación en el puerto de Veracruz, funcionando el Gran Café de la parroquia como apartado postal entre los inmigrantes y sus familiares en el otro lado del continente, la información fluía a través de cartas y para que se efectuara ese proceso de comunicación epistolar, nuestro Café fue el punto de referencia, donde llegaban inmigrantes desde Francia, Alemania, España, Siria, Israel, Líbano, muchas de las misivas de esos países tenían como destinatario a nuestro Gran Café de la Parroquia.
Un hecho relevante fue en 1911 Porfirio Díaz presentó su renuncia a la Cámara de Diputados arguyendo que dejaba el cargo por las insurrecciones y evitar un mayor derramamiento de sangre, antes de que el exmandatario zarpara rumbo a Francia en el buque Ypiranga, desayunó en El Gran Café de la Parroquia que consistió en papaya, un lechero y una canilla, lo cual sentó un precedente para que apareciera en nuestro menú el desayuno Don Porfirio.
En tiempos de la Revolución Mexicana diversos negocios ante la falta del circulante en el país, acuñaron su propia moneda, la autorización otorgada por Victoriano Huerta de emitir billetes de baja denominación, fue retomada por algunos negocios de la ciudad de Veracruz, en el que fue relevante la emisión de billetes de 50 centavos emitida por la Compañía Menéndez, una razón social de Hoteles Diligencias, dicho dinero se podía utilizar en los establecimientos de Rafael Menéndez y centros comerciales, había monedas de 5 y 6 centavos, las monedas de cobre de 6, 12 y 20 centavos eran propiedad del Gran Café de la Parroquia lo que describe un testimonio más de nuestra valiosa historia.
“Por ende, hacemos un paréntesis y le damos las gracias a Don Rafael Menéndez, donde quiera que se encuentre las puertas de este café son un homenaje a su trayectoria y lo recordamos con mucho cariño, les invito a que le brindemos un aplauso”.
A finales del siglo XIX fue muy ilustrador el testimonio del Dr. Marco Aurelio Botey Estapé que narraba, que en brazos de su padre llegó a Veracruz en el vapor Ipanema, en ese entonces bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas, recordó que lo primero que hicieron sus padres fue acudir al Gran Café de la Parroquia, lo cual marcó para él una identidad generacional de una hermandad familiar a través del tiempo, fincada en el andar y la visita a nuestros cafés desde los nietos, hijos, padres y abuelos. Aquí intramuros se han constituido matrimonios, cumpleaños, negocios, lazos de amistad, pactos políticos, conciertos, obras de teatro y un sinnúmero de temas de interés social.
Hemos sido anfitriones de personajes que han marcado un hito en la historia de México, desde Agustín Lara que consuetudinariamente asistía al café, como también lo han hecho políticos, príncipes, embajadores, jefes de estado, artistas, deportistas, mandatarios, literatos, en esta ocasión agradecemos que hoy nos enaltezca con su presencia a nuestra distinguida escritora y periodista María Guadalupe Loaeza Tovar, gracias amiga por siempre contar con tu participación.
En este orden de ideas cabe resaltar el caso singular de Gabriel García Márquez que en su libro El Amor en Tiempos de Cólera describe un pasaje de El Gran Café de la Parroquia, de igual manera Carlos Fuentes Macías en sus obras literarias En la Silla del Águila, La Muerte de Artemio Cruz, Los Años con Laura Díaz y Tiempo Mexicano.
En estos tiempos posmodernos, emprendimos lazos de vinculación comercial que consiste en una fusión entre El Gran Café de la Parroquia 623 de Alvarado y el sistema de Banco Santander, bajo la coordinación de Felipe García Asencio, actual líder CEO, Country Head de Grupo y Director General de Banco Santander México, habiendo ocupado posiciones de liderazgo para México y Latinoamérica en entidades como Credit Suisse y Goldman Sachs, que con base en su trayectoria profesional y su visión de negocios, establecimos una sinergia proyectada en el trato social a nuestros clientes, además de construir una imagen corporativa de innovación en el servicio y la calidad en los hábitos de consumo.
Recordó: a propósito la historia se repite, mi padre Don Fernando Fernández Lavid, le vende a Banco Veracruzano, un inmueble que está situado en la calle de Mario Molina en pleno centro de la ciudad de Veracruz, que a la postre se convirtió en Banco Serfin ahora Banco Santander; hoy hicimos lo propio al compartir con gran orgullo ambos terrenos con Banco Santander, en víspera de fusionar un plan de negocios de dos marcas que han ofrecido a través de la historia servicios de calidad.
Por ello, El Gran Café de la Parroquia 623 cuenta con un espacio de convivencia para todas las generaciones, donde se disfrutará de la experiencia generacional de los mayores, pero mezclando también la nueva energía de las actuales generaciones, nuestro Café en esta región de Alvarado está situado también para responder a las necesidades de todos los habitantes de la región sureste entre ellos los estudiantes de la Heroica Escuela Naval, los universitarios del Tec Milenio, el público en general y los municipios aledaños.
Aprovecho la ocasión para agradecer a los medios de comunicación que nos hacen la distinción de cubrir este acontecimiento de gran importancia y para darle la bienvenida a la Licenciada Lizzbet Álvarez Vera, Presidenta Municipal de Alvarado es un honor contar con su presencia y que su investidura sea nuestro testigo oficial para dar el banderazo de inicio, además de reconocer la proyección del municipio hacia el futuro el cual nos une, así también, la asistencia de la Dra. María Elena Solana Calzada, Presidenta Municipal de San Andrés Tuxtla, con quien hemos construido un puente de vinculación rumbo al próximo Festival Internacional de Globos de Papel de San Andrés Tuxtla, Veracruz, sean bienvenidas.
El Gran Café de la Parroquia 623, operará con un nuevo concepto de barra que responda a la dinámica del movimiento social producto de la algarabía del veracruzano y el alvaradeño, así también, la distribución de restaurante con las innovaciones en los hábitos de consumo y en respuesta a la inmediatez que exigen los modernos sistemas de telecomunicación, que impactan en nuestra vida cotidiana.
Este es un lugar de comunicación con barras, con doble piso, con el esquema de poder comunicar procesos de café, como complemento también visualizar ese arte de cómo se elabora la comida, lo que nos redefine hacia un cambio integral, y no tan solo se devela un cambio del Gran Café de la Parroquia, sino se trata de un cambio de innovación mundial en la sociedad de consumo.
El concepto del proyecto Banco – Café está basado en una interacción de espacios de encuentro social y de negocios muy dinámico que se genere entre barras, mesas y patios públicos, donde la gente intercambia dinámicas tecnológicas, crea nuevas relaciones, construye conocimiento, crea valores culturales y sociales sin perder la esencia del valor humano en el día a día, e interactúa amigablemente con el medio ambiente, en un espacio confortable a través de una accesibilidad universal, luz natural y vegetación.
Dos instituciones de calidad mundial, unidas por un modelo de gestión de atención centrada en un excelente servicio enfocado a clientes externos e internos a través de experiencias innovadoras, como el Salón Cantabria para juntas de clientes, la visibilización de la Fábrica de Café del Gran Café de la Parroquia después de 216 años de evolución, el excelente servicio de la Sucursal Santander con su Banca Digital, la Librería y el Drive Thru del Gran Café de la Parroquia. Así las cosas.
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