Resulta controversial pero más sospechoso e indignante que el titular de la Administración de la Secretaría de Salud, Jorge Sisniega pretenda salir a deslindarse y hasta de manera irresponsable, proteger a la empresa involucrada en las anomalías de la Torre Pediátrica.
Y es que el funcionario brindó una entrevista desde la comodidad de su oficina para salir al atajo en el escándalo a causa de los tres accidentes en las instalaciones de los ascensores del hospital infantil en Veracruz, pero en ella se lleva entre las patas al gobernador, Cuitláhuac García, su jefe, debido a que éste jabría revelado incluso los contratos y montos a la empresa Elevadores OTIS S. de R.L. de C.V. y quien, dijo, está obligada a mantener en condiciones los mismos.
De acuerdo a lo manifestado por el mandatario se establecería una denuncia contra la misma, para saber si está realizando bien su trabajo a cambio de sendos contratos que alcanzaron en una primera revisión los dos millones de pesos, y que el encargado de otorgarlos es precisamente el director administrativo, Jorge Sisniega.
Por otro lado, también advirtió que el director del Hospital, Jesús Daniel Uribe se iría del cargo si continuaban los problemas, quien no esperó más, y este jueves, decidió separarse de sus funciones.
No quiso abundar más, sobre la denuncia de la que habló el gobernador al decir que es el área jurídica quien tiene esa responsabilidad, pero es evidente que al funcionario no le gustó para nada que se considere proceder legalmente contra Elevadores OTIS S. de R.L. de C.V.
Es sabido que son en las áreas administrativas y sobre todo de una dependencia tan importante y con un millonario presupuesto como es en Sesver que es donde se dan los enjuagues para obtener jugosos dividendos con la asignación de contratos y compras para cubrir las necesidades de la misma.
Por si fuera poco, ante la pregunta de que si podría haber un trasfondo político el administrativo, Sisniega tiene la desfachatez de responder que muy probablemente así es, cuando existen al menos cuatro mujeres lesionadas por estos accidentes. Dos enfermeras y dos doctoras que requirieron atención médica, tras los incidentes. Eso no podría ser un trasfondo político con el tema de elevadores, sino un delito o hasta un intento de homicidio.
Es increíble que siendo su jefe el gobernador Cuitláhuac quien asumió el control del tema, y derivó en el cese del director del hospital y en la denuncia de la empresa, el director Administrativo esté tratando de “enderezar el chamaco” aun yendo en su contra, con tal de salvaguardar sus intereses personales.
Era sabido que el sindicato de la Secretaría de Salud y que debería proteger los derechos de los trabajadores de los hospitales de Veracruz, no lo hacían, por la “excelente y sospechosa” relación que había con el director en turno.
La lideresa sindical avalaba todo lo que el director le proponía y viceversa. Y es que a cambio de prebendas, no se opuso a que incrustara a tres de sus recomendamos, dos de ellos sus hijos, una en epidemiología y otro en la asistencia de dirección en jornada acumulada. Y a los seis meses con basificación. Otro cercano más en otra área. O sea en menos de un año se despachó con la cuchara grande.
Claro que ahora el sindicato lejos de velar por los intereses de los trabajadores se prestaba a las componendas y no exigía seguridad para los mismos, tanto que al renunciar al funcionario envió un grupo de sus incondicionales a defenderlo.
Como se consignó en este espacio, la Riviera Veracruzana y la conurbación de Boca del Río con Veracruz estaba bajo cierto descontrol por los últimos hechos de violencia, prácticamente desde inicio de año, con enfrentamientos entre delincuentes y entre los mismos y la policía.
Estos acontecimientos que se convirtieron en una constante, por lo menos uno o dos cada mes, incluso con saldo de muertos en cada uno de los eventos, provocaron temor entre la población, por lo que la alcaldesa de Alvarado, Lizzette Álvarez ha salido a dar la cara.
“La maestra”, como se le conoce en ese municipio, al que se le denomina también como “La generosa”, tomó el toro por los cuernos y no se hizo de lado. Franca como es, dijo ante los medios de comunicación que apenas se dieron los primeros hechos violentos en la Riviera exigió mayor presencia policiaca en esa zona.
Al abordar el tema señalaría que a través de la Fuerza Civil se pidió mayor presencia de la Secretaría de Seguridad Pública, y que también se canalizaron más elementos de la Policía Municipal además de mantenerse atentos al llamado de los ciudadanos.
Incluso con la realización de operativos del fin de semana pasado en la zona de la Riviera Veracruzana para evitar se sigan presentando estos hechos.
Al igual que el alcalde de Boca del Río, Juan Manuel de Unánue ha mostrado preocupación porque la seguridad en su municipio no se vea alterada.
Y es que lo más preciado para los ciudadanos es precisamente la tranquilidad y sentirse seguros, lo que no debe descuidarse por parte de las autoridades municipales y exigir en forma permanente la mayor seguridad a las autoridades respectivas.
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