Emergencia, vandalismo y Covid

La iniciativa privada en Veracruz está que no la caliente ni el Sol.

Y el Gobierno está obligado sin duda a investigar y dar con los responsables del vandalismo, que extrañamente, no es común en la capital veracruzana o en alguna otra ciudad del estado, sin embargo, inauguraron la semana destruyendo comercios, fachadas e inmuebles del gobierno y de la iglesia.

Esto ocurre en la ciudad de las Flores, obviamente porque se trata de la sede del Gobierno en Veracruz, en medio de la contingencia de salud que se atraviesa, del estrés y la angustia de los ciudadanos,  ambiente que no es privativo de la entidad sino de todo el mundo, como si no fuera suficiente con la tensión y el miedo por la propagación del virus, acaban con el patrimonio de muchos comerciantes.

Primero fue Jalisco, luego la Ciudad de México, ahora tocó entre algunas ciudades, a la capital veracruzana, donde el vandalismo,  en esta demarcación sede de la cultura y el arte, hizo de la suyas con serias consecuencias para los comerciantes, que sin deberla ni temerla en medio del golpe económico por la crisis de salud, ahora se vieron dañados en su patrimonio.

Y es que este lunes, grupos radicales llamados “anarquistas” no solo arremetieron contra los ya de por sí desgastados y afectados propietarios de negocios en la capital veracruzana, sino que también dañaron inmuebles del gobierno, oficinas públicas que deberán ser reparadas, para lo que se requiere inversión pública, recursos que en este momento son vitales para atender la contingencia por el coronavirus que está pegando en la entidad y en el mundo.

 Además del dinero del erario se distraerá personal, recurso humano estatal, al igual que los comerciantes, tendrán que velar por reparar cortinas puertas y aparadores que sin ninguna consideración fueron derribados por los “pelafustanes” y “gorilas” que según esto, se sumaron a protestas nacionales.

MUY EN CORTO

¿Complot? Ha trascendido que durante las acciones violentas de este lunes, entre los vándalos fueron identificados algunos jóvenes que alentaron los hechos violentos como “estudiantes” de la Facultad de Derecho.

Ese mismo día familiares y amigos de Carlos Andrés Navarro realizaron una marcha por las principales calles de la capital del estado para exigir a las autoridades que se investiguen la muerte del joven de 33 años, ocurrida el 2 de mayo en el interior del Cuartel de Policía de San José, del que se extendió un certificado médico por muerte a causa de un infarto, lo que no dejó convencidos a sus parientes.

Pero sospechosamente durante la manifestación,  en forma paralela, se presentaron autodenominados “anarcos”  y “feministas” para anunciar que se sumaban a la

protesta y que era por este caso y el de Giovanni López en Jalisco.

Trascendió que entre los participantes, los mismos familiares reconocieron a jóvenes infiltrados de la Facultad de Derecho que iniciaron y alentaron los desmanes.

Según sus propias declaraciones, ellos tenían pensado marchar de manera pacífica por el Centro de Xalapa con la intención de pedir justicia, pero estas intenciones fueron opacadas por un grupo de jóvenes violentos que agredieron y vandalizaron establecimientos de terceros, desviando la atención de la que pudo ser una manifestación legítima y pacífica.

“Nosotros hicimos una marcha pacífica, estamos muy tristes” dijeron los amigos y familiares del rapero también conocido como Crazy Área, después de deslindarse del grupo de “anarquistas” y jóvenes que buscan desestabilizar en un momento en el que la solidaridad debería ser la prioridad.

Sea lo que fuese, las autoridades están obligadas a dar con los responsables y a no permitir la impunidad que dañó propiedades particulares y con afectaciones iglesias y a edificios públicos.

La tolerancia tiene un límite, si se permite, será incontrolable.