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El triste adiós a la esposa de Gabo, Mercedes Barcha

2020-08-17 | 07:21 a.m.
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Se reúnen en el cielo de Macondo, Gabriel García Márquez y su esposa Mercedes Barcha, su inseparable mujer, amiga, compañera, esposa y confidente a la que el Premio Nobel de Literatura y autor de Cien Años de Soledad, que en toda su vida le rindió amplio homenaje como su aliada y cómplice en su labor de escritor y de quien nunca se separó, sino hasta el día de su partida, este sábado, ya vuelven a estar juntos en una historia de amor, digna del estilo de la mejor novela del laureado escritor colombiano.

 

Gabo, con su esposa tuvo un trato siempre de todo un caballero, y en todas sus elocuciones hablaba de la mujer que a su lado siempre caminaron juntos, y para ella el reconocimiento de las grandes proezas para qué en el inicio, hacer del precario gasto del hogar, todas las posibilidades para que él pudiera escribir su gran obra Cien Años de Soledad.

 

Muchas veces recordaba, Gabriel García Márquez, todas aquellas vivencias juntos, desde cuando llegaron a vivir a la ciudad de México a principios de los años sesentas, para iniciar su gran carrera de escritor, y en el comienzo luchó junto a su esposa, para dejar de ser un desconocido, y pasar a ser el hombre más importante de las letras españolas en la era moderna.

 

Ambos disfrutaron de los momentos difíciles y de los momentos de gloria, siempre inseparables, y Gabo a su esposa Mercedes, la amó con respeto y apasionada entrega, la llenaba de palabras de amplio reconocimiento por su estoica presencia de “cuidar la administración de la casa, llevar los niños a la escuela “y hacerse cargo de todo para que yo pudiera escribir Cien Años de Soledad”, para lo que se encerró varios meses en su casa, sin salir siquiera a caminar a la calle.

 

Para eso, empeñaron y vendieron todo lo que pudieron, hasta el coche del escritor y se las arreglaron para pagar seis meses juntos de renta, después de que les llegó el primer cheque de la editorial Porrúa en Argentina, que demandan con urgencia la primera parte del libro, que por error y falta de dinero se envió sólo la mitad del libro que era la del final y no la del inicio.

 

A partir de ahí, se acabaron los problemas económicos con el libro más vendido en la era moderna.

 

Las mariposas amarillas de Macondo, vuelan alegres junto a la pareja, que nunca se arredró ante las adversidades de vivir en un país de adopción, y con las dificultades, Mercedes se convirtió siempre en la máxima inspiración de su esposo. QEPD. Así las cosas.

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