Resulta que el exdirigente del PRI estatal, Renato Alarcón Guevara se va del PRI porque ya ese partido, a decir del exlíder, “ya se murió”.
Lo que deja ver este lamentable, fracasado y fallido líder en la política, no es más que una escena más de quienes abandonan al partido con el que nacieron y se formaron, y otra escena que no se puede describir mejor bajo la frase de que: “las ratas son las primeras en abandonar el barco que se hunde”.
Y es que la máxima popular explica que como los roedores, así estos personajes, forman la parte no deseada de la tripulación, y desde siempre, cada vez que se hundía un navío o comenzaba a hundirse, estos huían presurosamente para salvar el pellejo.
Pues bien, esto, ubicado a la realidad de un priismo venido a menos, describe como estos políticos llenos de miedo, temerosos en elevado nivel, y de baja moral, abandonan en primer término su lugar o posición dentro del partido, evitando así quedar expuestos o sufrir las consecuencias del naufragio, en este caso de la catástrofe de un PRI que murió no porque el exlíder Alarcón lo haya descubierto, sino desde hace varios años.
Analista de Milenio, Laura Telles, cita a Bergen Bladwin Evans, un profesor de inglés y presentador de televisión estadounidense, quien señala: Según la sabiduría popular la principal actividad de las ratas consiste en abandonar los barcos que se hunden, por lo que se supone que cuentan con una “instintiva pre consciencia de la calamidad” que las conduce a buscar su propia seguridad en forma oportuna.
Las ratas por instinto saben cuándo un barco se va a hundir y lo abandonan, agrega Telles, pero en este caso los humanos lo hacen después de haberse servido o usado, llámese embarcación o vehículo como es el partido.
Renato Alarcón lo sabe, estuvo en el timón, pero decidió convertirse en rata y huir. El periodista Víctor Ochoa señala que fue gris su presencia en el partido, que sí estuvo en el mismo, pero solo para cobrar desde la dirigencia estatal.
Por una malograda carrera política, afirma, transcurrió sin pena ni gloria, igual que otros líderes estatales que han pasado por ese partido que tanto les dio.
“Pronto lo veremos, igual que al tal Fernando Kuri, dándole duro a la matraca de la 4T” presagia el politólogo, Víctor Ochoa.
Y es que Alarcón no es el único. Efectivamente junto, antes o tras de él, hay más priistas que han abandonado y abandonarán el barco porque ya no hay nada de que beneficiarse del mismo.
Fernando Kuri, ex diputado local, buscaba la dirigencia y apoderarse de lo que queda de ese instituto político con miras a las elecciones venideras, negociar diputaciones federales, locales y repartir, o sea vender, regidurías y sindicaturas donde se pudiera.
Este martes anunció formalmente Renato Alarcón su salida, quien realmente lo que tiene como dice la explicación de las “ratas y el barco en hundimiento” está más que temeroso por dos razones.
Una, es que no ve cerca la posibilidad de lograr su candidatura para buscar la alcaldía de Emiliano Zapata, a lo que aspira una vez más. Y porque supone que si José Francisco “Pepe” Yunes Zorilla es el candidato de la alianza del partido tricolor con PAN y PRD, él no tendrá la bendición del de Perote.
Ahora resulta que Alarcón Guevara, muy tarde se da cuenta de las condiciones en las que está la que fuera su casa, y expresa “su profunda decepción con la dirección actual del Partido Revolucionario Institucional, argumentando que la esencia histórica y trascendencia del PRI se ha desvanecido.
“Hoy ese PRI no existe; murió. Asistí a su entierro cuando permitimos que Alejandro Moreno Cárdenas se quedará en la Presidencia del Partido; debimos haberlo sacado a empujones, como él saca a quien le estorba. Por eso me voy del PRI. Nunca imaginé que pudiera estar fuera de ese partido que desde joven soñé con dirigir y que tuve oportunidad de hacerlo a nivel municipal y estatal”.
Lo cierto es que no está y lo deja solo.
Ya había hecho de la suyas desde que, con su dirigencia, comenzó la debacle.
Para que lo terminara de sepultar el depuesto líder, Marlon Ramírez, al ganar apenas de panzazo una diputación local para el PRI en las pasadas elecciones, y eso porque fueron en bloque, siendo su representante, Miguel Hermida, quien apenas entró anunció que se iba a las filas del PAN.
Mientras que no se contabilizan en el estado más de 50 comités directivos municipales de los 212 que debieran existir. Con un Consejo Político que no ha sido renovado y que debiera estarlo desde hace dos años, además de la nula existencia de consejos políticos municipales.
“Yo no soy traidor; nunca lo he sido. No me voy porque no vaya a ser candidato para algo;” diría al retirarse Renato Alarcón, cuando se va y deja un priismo sin futuro.
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