La elección del 2021 puede significar la debacle total del PRD en Veracruz, el cual tanto a nivel nacional como local determinó aliarse con el PRI y con el PAN.
Será una de las elecciones más grandes, mal llamadas intermedias, en la historia electoral. Y en el país se elegirán algo así como 20 mil cargos públicos, entre ellos, los gobernadores de 15 estados y los 500 miembros de la Cámara de Diputados.
En Veracruz los 212 presidentes municipales y sus planillas, compuestas de un síndico y regidores; en tanto, también se elegirán a 30 diputados locales por cada uno de los distritos.
Y es que el partido que en la “aldea” veracruzana encabeza Sergio Cadena Martínez se presenta más que debilitado ante el electorado debido a las fracturas internas y al llamado a cuentas que la justicia ha tenido para varios de los que eran sus abanderados.
Lejos han quedado los días en que el partido del “Sol Azteca” presumía que fue clave en los comicios del 2016 que llevaron a Miguel Ángel Yunes Linares a ser gobernador de dos años.
Y es que actualmente los “bastiones” amarillos están desmembrados, fenómeno que empezó a presentarse desde que el partido Morena es gobierno.
La “desbandada” se dio en buena parte porque miles de perredistas siempre simpatizaron con Andrés Manuel López Obrador y lo acompañaron en sus campañas del 2006 y 2012 cuando fue postulado por las siglas del PRD.
A este escenario se ha sumado un factor que tiene que ver con el hecho de que sus militantes más distinguidos como Rogelio Franco Castán y Gregorio Gómez Martínez gozaban de total impunidad pese a tener denuncias en su contra durmiendo el “sueño de los justos”. Comprobadas en delitos o no, eso es otro cantar que se debe dirimir en los tribunales.
El primero que había sido secretario de Gobierno en el yunismo y que era el líder moral de los “amarillos” enfrenta, según los expedientes, presuntos delitos de violencia intrafamiliar, mientras que el segundo, el exalcalde de Tihuatlán y uno de los “mecenas” perredistas en el norte de la entidad acumulaba un largo expediente por la portación de armas de fuego, y posesión de vehículos con reporte de robo.
Mientras que en el Sur el Partido de la Revolución Democrática no vive mejores momentos ya que el alcalde de Tatahuicapan, Esteban Bautista Hernandez, dejó el partido desde el 2018 a invitación de la entonces candidata al senado Rocío Nahle y hoy es el candidato a diputado federal por Morena en el distrito de Cosoleacaque.
En esta región los perredistas solamente pueden presumir la región de Los Tuxtlas, donde el alcalde de Cabada, Arturo Herviz Reyes mantiene vivo al partido, pero se dice que por invitación del Altiplano estaría por dejar también al PRD junto con su familia, la cual se reparte los cargos de elección popular en Santiago Tuxtla una y otra vez, como herencia política.
Es así que el partido del “Sol Azteca” llega muy fracturado y disminuido en su imagen y capital a esta elección donde por si fuera poco también hay alcaldes que se han ido abriendo del “Sol Azteca” como los ediles de Villa Aldama, Chacaltianguis, Zacualpan, entre otros.
Un panorama muy catastrófico que pinta para los amarillos, quienes apenas en noviembre del año pasado encabezados por su dirigente nacional, Jesús Zambrano, le declararon la “guerra” al gobierno estatal al que culparon de no darle protección a Florisel Ríos, alcaldesa de Jamapa que fue asesinada presuntamente por miembros de la delincuencia organizada.
Cinco meses después los dirigentes están muy callados y con un partido en vías de la extinción.
Ese silencio es muy extraño, pues ahora que deberían acusar de represión de la maquinaria estatal, de fabricarle delitos a sus candidatos, parece que el líder nacional Zambrano ha dejado solos a lo que queda de huestes del perredismo veracruzano.
MUY EN CORTO
LOS FANTASMAS EN LA CANDIDATURA DE YUNES MÁRQUEZ. Uno de los modismos más populares del yucateco es decir “lo busco, lo busco y no lo busco”, que hace referencia a cuando una persona está tratando de localizar algo o a alguien sin lograrlo. Esto aplica al clan Yunes que esconden como “el secreto mejor guardado” el registro ante el Organismo Público Local Electoral de Veracruz (OPLE) de Miguel Ángel Yunes Márquez.
En el búnker de enfrente y en el suyo, consideran que cuando asome la cabeza se convertirá en un presunto violador electoral, él mismo sabe que no cumple con los requisitos de residencia y por ello mejor se la llevan pian pianito.
De tal suerte que buscan dilatar las impugnaciones e investigaciones que han sido más que claras: Nació en Xalapa. Vive actualmente en el fraccionamiento residencial “Rincón del Conchal”, municipio de Alvarado. Votó hace menos de tres años en Boca del Río. Y por si fuera poco en los últimos tres años ha vivido en el extranjero por más de un año, entre Estados Unidos y Francia.
Hay otra versión que anda valorando Yunes Márquez que es no registrarse porque ya están deshojando la margarita a ver a quien mandar al “matadero”.
Francia y Estados Unidos son los lugares donde Miguel Ángel chico ha pasado 377 días, más de un año, de los últimos tres, incluso una de esas estadías, según consta en el récord de la Secretaría de Relaciones Exteriores, fue de casi 7 meses, lo que de acuerdo a criterios de la corte, después de 6 meses fuera del país, se ve interrumpida la residencia, con lo que legalmente está impedido de acceder a una candidatura por un municipio, donde no nació.
Sea lo que dictaminen las autoridades electorales el tema se pondrá ojo color de hormiga.
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