Sigue el debate de los medios de comunicación en México, a los que el presidente Andrés Manuel López Obrador, los tiene “bajo la lupa” en su quehacer, cuando se le somete a la prensa libre e independiente al escarnio y al escrutinio público y de las benditas redes sociales, en una acción impropia de quienes no tienen la capacidad y el prestigio de juzgar el trabajo de la comunicación profesional en un sentido ralo y carente de conocimiento.
Lo raro de todo esto, es que el presidente AMLO, en sus spots publicitarios que se escuchan en la radio con motivo de su tercer informe de gobierno, habla de todas las bondades para la libertad de la prensa de este país, cuando en la realidad sin querer, queriendo se ejerce el Poder del Estado en un sometimiento mordaz y peligroso en contra de todos los que realizan una actividad informativa.
¿Cuál es la causa de someter a la prensa del país al escrutinio del Poder del Estado? Esa sería la pregunta.
Aquellos de la réplica del “Estado soy yo”, son parte de algo que representa un modelo caduco, impropio y milenario del pasado, que ya no se acepta en el mundo del presente.
Cuando en la realidad el presidente tiene otras tareas más importantes, y pendientes por atender que es el de la inseguridad, la pandemia, el desempleo, la educación, y tantos otros muchos problemas, que deben ser parte de la agenda pública, revisar el trabajo de la prensa es algo ofensivo en forma general.
Aunque, los políticos en el poder público se sienten absolutos y así ha sido normal siempre, el trabajo de los medios de comunicación, ha sido incómodo para los hombres del poder, en todos los tiempos, y por eso nadie escapa a la capacidad de asombro a los tiempos de persecución, intolerancia y censura al trabajo puntual cada vez más difícil, porque se piensa que los medios informativos inciden en la voluntad de la gente, cuando en la realidad ya nadie les hace caso, y por lo mismo sin problema.
La relación de medios de comunicación y el poder público en este país, ya se tornó problemático desde el Poder del Estado, hacia algunos medios que se les “ventanea” en su trabajo y que se les humilla, ofende y hasta degrada, en una acción que nunca antes se había visto desde una conferencia de prensa.
Claro, que es como un juego del poder, hacia la debilidad del trabajo de la prensa, por su elevado riesgo de escribir o hablar ante la masa, una masa que para el presidente AMLO se ha convertido en molesta y hasta reactiva, cuando en sus giras de le plantan en tremendas protestas, manifestaciones o reclamos a demandas de su intervención, y que ya no quiere atender o escuchar, como lo hacía en otros tiempos cuando no era presidente, y sólo se mostraba como un rijoso luchador social, en la búsqueda de quitar del poder al PRI y sus aliados, hasta que lo logró con la respuesta de apoyo de mucha gente que se hartaron de los del pasado de noventa años,
El presidente AMLO, ya no va a cambiar su estilo de gobernar, y se tensa la cuerda, como algo normal en las democracias, en donde no hace falta verificar y poner en la palestra al trabajo de la prensa, que ya no es oficial. “hay que recordar que la prensa no vota” y ya no hace daño como antes que estaba al servicio del poder en turno.
Antes, fue una prensa de “muchos” pagada y cercana al poder, ahora es una prensa de unos cuantos cercanos al reino del Señor, y por eso se resiente ese cambio en donde no hay necesidad de ponerlos a todos en el mismo rasero.
El discurso presidencial, debe ser dirigido a los que son responsables de los problemas nacionales de siempre, y que ahora andan de paleros con su gobierno, hablando de ricos, a los que ahora se les considera más buenos y mejores, qué a los propios integrantes de una clase media, a la que se le percibe y se le califica de envidiosa, egoísta y hasta escaladora social, para alcanzar mejores niveles de vida a base del estudio, superación y esfuerzo personal, algo que se ve negativo desde el poder.
Las condiciones se ponen difíciles con el paso del tiempo, y de un mandato, que está lógicamente predestinado a seguir un sexenio más en el poder presidencial, eso está visto y está dicho, no se discute, muchos millones de mexicanos están contentos y felices por los programas sociales de bienestar y las pensiones, “entonces para que cortarlas verdes, si maduras caen solitas”.
No hay necesidad de tanto desgaste entre unos y otros. Amor y paz, ese lema es el que más ha gustado de AMLO, y el que ojalá pueda seguirse en su relación con la prensa desgastada y mal vista en todos lados en el mundo. sin tanto problema. Así las cosas.
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