Existe una fuerza que me motiva, existe una mano que me sustenta, existe un amor que me alienta, existe una gracia que me protege y todo esto se llama esperanza, en tiempos de crisis cuando la mayoría se siente agobiado y abatido, para otros es motivo de superación, de lucha y de esfuerzo, los tiempos de crisis nos motivan a la creatividad, al esfuerzo y al crecimientos, personal y espiritual, pero para la mayoría de nosotros, ¿cuándo no ha habido crisis? hoy más que una simple cuarentena y un confinamiento y encierro casi forzoso ha sido la oportunidad de crecimiento, de empatía y de purificación, en la que con alegría veo como muchos buscan las alternativas y nuevas opciones de vida y lo más maravilloso que he visto, como unos nos apoyamos a otros, viendo la forma de mutua ayuda, de una u otra forma, hemos aparte de todo adquirido nuevas habilidades y aprendizaje de nuevas técnicas y un sinfín de cosas más que vemos desarrolladas en nosotros, la vida sigue y sigue con muchos cambios, pero lo más importante es que nosotros mismos seguimos y vamos cambiando al ritmo como nos va marcando la vida misma.
El pensamiento es lo que rige todas las sensaciones y acciones de nuestro ser, pienso bien, siento bien y por ende actuó bien, pero, por lo contrario, si pienso mal, siento mal y actuó mal también, razonamiento lógico, pero no se limita en esas dos vertientes solamente, también, si soy temeroso de todo, en todo sentiré miedo y actuare con miedo, o con enojo, o con tristeza o con cualquier otro sentimiento adverso, pero si buscamos la confianza la seguridad y el positivismo, esto último será lo que rija nuestras vidas.
El deporte, el entrenamiento físico, mental y espiritual son cuestiones, que alimentaran precisamente el buen pensar, el buen sentir y el buen actuar, y si esto lo sembramos en nosotros mismos, es precisamente lo que podremos cosechar y compartir con los demás, nosotros como entrenadores, tenemos esa grandiosa oportunidad de sembrar también en nuestros alumnos para que por sí mismos puedan cosechar frutos abundantes.
Un joven que se acercaba constantemente a su entrenador a contarle las situaciones de su vida, a veces buenas, pero la mayoría de las veces, las cosas que causaban pesar en él, pero tristemente muchas veces este entrenador lejos de brindarle su comprensión y apoyo, solo le criticaba, juzgaba y reprimía toda situación de este muchacho, hasta que un día el joven dejo de acercarse a su entrenador, entonces este último fue hacia el joven a preguntar qué pasaba, porque se había alejado y el joven le respondió, siempre que me acerco a Ud. como mi maestro, es en busca primero que nada de su cariño y comprensión, de su consejo, de su apoyo y de su entendimiento, pero la verdad es que ya estoy cansado de solo recibir su crítica y siempre termina en un regaño no en un consejo, lejos de sentirme en terreno seguro a su lado, se ha convertido en un terreno incierto y casi sin sentido para mí el poder o querer acercarme a Ud.
Otras veces vemos indiferencia en los entrenadores hacia a sus alumnos, en donde solo les interesa la transacción comercial entre ambos, tú me pagas lo acordado y yo doy mi enseñanza debida y san se acabó.
Enseñar con amor a nuestros alumnos, brindando una enseñanza de calidad valorada, es un enorme privilegio que tenemos y que debemos hacer bien, no sabemos de qué infiernos vienen nuestros niños, jóvenes e incluso adultos, quizás el único lugar seguros que tienen, es contigo, con sus compañeros y en tu gimnasio o área de entrenamiento.
Muchas veces no necesitan ser juzgados y menos enjuiciados, muchas veces lo que necesitan es ser escuchados e impulsados a seguir adelante, el pensamiento en el entrenamiento, es el arma más sólida, fuerte e importante que podemos forjar en nuestros alumnos, la alegría de entrenar puede ser la llave que abra la puerta del cambio en la vida de los demás.
FB: Dragones Gálvez Team
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