En el neofascismo, es un neoliberalismo que contribuyó a vaciar de sentido a las democracias, se profundizó en la desigualdad y se crearon condiciones para que prosperaran respuestas desesperadas. El neofascismo es un fenómeno que se manifiesta en sus diversas etapas: escuelas de pensamiento, movimientos sociales, partidos y regímenes políticos. Es un movimiento sin ideología propia. En la actualidad, el neofascismo está presente como una opción política en el mercado electoral y su presencia ha crecido en los últimos años. El neofascismo no es un fenómeno estático.
El fascismo en el período de entreguerras fue un fenómeno pragmático que evolucionó según el entorno, por lo que el neofascismo debe ser abordado según esta misma dinámica, es decir, desde su origen como movimiento hasta su manifestación final como movimiento político. Hoy en día, el neofascismo existe como una opción rentable en el mercado electoral y su presencia ha crecido en los últimos años en los parlamentos como se ha demostrado en Italia, Alemania, Francia, Inglaterra principalmente. Y en América Latina en Argentina, con Milei, El Salvador con Bukele, Novoa en Ecuador, o en Perú con Boluarte.
El neofascismo es un producto ideológico del neoliberalismo económico que ha presionado a países con gobiernos progresistas como los de México, Brasil, Bolivia, Colombia, Chile, Honduras a través de sus congresos parlamentarios con legisladores de partidos de derecha y agrupaciones de ultraderecha como la Vox de Santiago Abascal en España, Agrupación Nacional de Marine Le Pen en Francia y Los Hermanos de Italia de la actual presidenta Georgia Meloni.
A ello, se ha sumado el poder Judicial en pleno, con sus ministros, magistrados y jueces que, a través de golpes blandos, Lawfare, han violentado el mismo estado de derecho como sucedió en Perú, Guatemala y actualmente en México y Colombia.
La periodista italiana Annalisa Camilli: "el fascismo es algo endémico. De alguna forma, 100 años después, los testigos han muerto y la memoria que queda no es lo suficientemente fuerte para evitarlo. La base electoral, además, se ha vuelto mucho más líquida. Los sucesivos gobiernos han generado una desafección entre los ciudadanos y el populismo parece haber llegado para quedarse. Ese discurso de indignados contra la casta y contra las élites, contra los partidos tradicionales y la política clientelar de la que muchos ciudadanos están hartos. La coalición de ultraderecha se ha nutrido de las clases trabajadoras que han perdido sus ahorros por la inflación, y de las clases medias que cada vez se empobrecen más y les ha prometido una nueva era. Hace 100 años, el fascismo también prometió esa nueva era”. (BBC).
La presencia de la ultraderecha internacional se vio exhibida en el foro de IDEA (Iniciativa democrática de España y las Américas) integrado por ex jefes de estado y de gobierno y que en México se reprodujeron conclusiones en un desplegado periodístico que firmaron los expresidentes de México, Vicente Fox y Felipe Calderón, ante el repudio de organizaciones sociales y asociaciones ciudadanas progresistas.
El neofascismo en nuestro país, está respaldado por medios convencionales y sus robots del extranjero en redes sociales, financiados por grandes empresas y capitales trasnacionales con el apoyo (léase complicidad) de políticos y ex funcionarios del periodo neoliberal, producto de la aberrante coalición partidista del PAN y el PRI, ahora ambos en lo interno, convulsionados en sus luchas intestinas por el control de sus dirigencias, esas que arrojaron al abismo, con los resultados electorales del 2 de junio.
El caso LATINUS, ejemplifica cabalmente esa descomposición periodística con noticias falsas, mentiras, chismes y rumores al por mayor. La denuncia reciente por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) dirigida por Pablo Gómez, exhibe el manejo turbio y sospechoso de la información política en contra de AMLO, sus hijos, la 4T, Morena y ahora Claudia Sheinbaum. Se denuncia que se sacó a flote el contubernio financiero de gobiernos estatales, para saquear fondos del sector salud y medicamentos, por la empresa radicada en Miami y dirigida por Carlos Loret de Mola y su escudero el ex payaso Brozo, además expuso los sueldos y cochupos a personalidades como el ex presidente del INE Lorenzo Córdoba, la directora de Siempre Beatriz Pagés Llergo y la accionista de Proceso María Scherer, ya que ambas han destruido la excelsa tradición de periodismo de investigación de la que ahora ambas hijas de los mejores periodistas de México, Julio Scherer y José Pagés Llergo, han aniquilado la tradición. Sumado a los analistas políticos al servicio del capital como Denise Dresser, Raymundo Riva Palacio, Sergio Sarmiento, Pedro Ferriz de Con y Carlos Alazraqui, además de esa pléyade morrallera y poquitera en sus minúsculos moches. Todo se multiplica por Radio Fórmula con Joaquín López Dóriga, Ciro Gómez Leyva o Azucena Uresti. La podredumbre periodística sometida al capital, son la verdadera muestra del periodismo que se fue y ojalá retorne con dignidad, objetividad y sobre todo veracidad.
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