“Entiendo Padre, que mi hermano Miguel siempre ha sido tu consentido, pero lo que no comprendo es por qué no te cabe en la cabeza que yo tengo las mismas posibilidades de ganar la gubernatura.
“Además, Miguel ya perdió. Ya tuvo su oportunidad. Dame chance de probar. Te juro que no te voy a defraudar.
“Me preguntaron en una ocasión por qué a Miguel le regalaste una casa más grande que a mí, y yo en son de broma contesté que es que yo soy ‘El mal querido’, parafraseando el título de tu película favorita, “La mal querida”, dirigida por Emilio ‘El Indio’ Fernández, y protagonizada por Pedro Armendáriz y Dolores del Río.
“Pero ya en serio, Papá, no quiero ser para ti ‘el mal querido’.
“Quiero ser para ti la luz que ilumine tu camino. Quiero ser tu faro, la guía en tu sendero.
“No me desampares, padre, ni de noche ni de día, porque sin ti me moriría… Padre mío, que estás en el suelo, endemoniado ha sido tu nombre… dadme hoy la candidatura mía… y líbrame de tu mal…”.
“¿Crees que no me daba cuenta de que desde niños siempre te inclinabas más por mi hermano…? ¿Acaso crees que no me percaté de eso?
“Para Miguel eran las mejores camisas, los mejores juguetes… si sacaba 8 o 9 de calificación se lo festejabas… y cuando yo sacaba un diez, apenas y volteabas a verme.
“¿Te acuerdas papá de mi fiesta infantil, esa que tanto me había gustado?… pues años después, ya grande, me topé en un viejo baúl con fotos de las fiestas de Miguel… esas sí fueron fiestas… casi faraónicas… pero no te dije nada, y preferí callar”.
“Sé que Miguel es tu fiel escudero, es tu clon, tu copia fiel, el amigo que siempre quisiste tener, el hermano que quisiste tener, pero lo mejor para ti: el hijo que siempre quisiste tener… y el –según tú- mejor hijo que ahora tienes. Miguel es casi tu cuate, tu alma gemela…. ¡tu mega cómplice!… pero no de cualquier complicidad, sino de esas que a veces calaron hondo en el alma de mamá.
“Por eso Miguel y yo siempre reñimos… hay afecto de hermanos… pero siempre reñimos… pero ahora, inevitablemente, tendremos que pelear, seremos gladiadores en nuestra arena familiar, al estilo de la Antigua Roma, y tú serás el Emperador que incline la balanza, el que haga la seña del pulgar hacia arriba, o hacia abajo, a favor mío… o en mi contra…”.
“Por eso mamá quiere que yo sea el candidato, lo dijo públicamente hace como 2 años, ¿te acuerdas?… contra tu idea de que el abanderado sea Miguel… Siempre Miguel, siempre en tu mente… eternamente Miguel.
“Pero ya veremos de aquí al 2024… a ver de qué cuero salen más correas. De mientras, ya me ‘destapé’ hace unos días… y sé que no te agradó mucho la idea.
“Pero es ahora o nunca. Lo siento, papá.
“Te quiere: Fernando”.
*NOTA: Este es un relato imaginario basado en hechos que -nos aseguran- fueron y son reales.
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