Mientras la gente mira las noticias de una Guerra Interminable, se van gestando acciones dentro de los parlamentos como lo que sucede dentro de la Unión Europea, donde en el escenario financiero actual, la reciente implementación de la 'Cartera Europea de Identificación Digital' y el lanzamiento del euro digital (CBDC) por parte del Banco Central Europeo (BCE) han generado un impacto significativo en la forma en que los ciudadanos gestionaran su identidad y sus fondos.
La vinculación de la identificación a un dispositivo siempre rastreable plantea preocupaciones sobre la privacidad y el control financiero. La identidad estatal ligada a la ubicación tiene implicaciones para la vigilancia y la gestión de transacciones.
La comodidad aparente de tener identidad y fondos en un solo dispositivo también lleva consigo el riesgo de que los fondos estén directamente asociados a la persona, creando una mayor dependencia de un sistema centralizado y de Control.
A pesar de las afirmaciones de que la desaparición del efectivo no será obligatoria, la realidad podría ser diferente a medida que avance el tiempo. La presión por motivos de "ecosostenibilidad" podría llevar a la eliminación gradual del dinero en efectivo (Moneda FIAT), obligando a la población a depender exclusivamente de las monedas digitales.
La capacidad de confiscar fondos de manera rápida y sin complicaciones plantea preocupaciones sobre el abuso de poder por parte de los que nos gobiernan. La posibilidad de que las autoridades controlen el gasto con base en criterios como comportamientos individuales (Control Social), asignaciones de carbono (Huella de Carbono) o incluso opiniones expresadas en redes sociales que no guste al Gobierno (Libre expresión), genera inquietudes sobre la libertad financiera.
Aunque se afirma que la nueva infraestructura es “privada y segura”, la historia nos enseña que ningún sistema es completamente invulnerable. La imposición de nuevos sistemas financieros a menudo se presenta como una opción “voluntaria”. Sin embargo, la realidad es que estos cambios tienden a ser adoptados más ampliamente con el tiempo. La transición de las tarjetas de crédito o débito a la cartera digital podría volverse deseable para muchos, pero las implicaciones a largo plazo deben ser consideradas cuidadosamente.
Ante la incertidumbre, algunas personas pueden buscar refugio en alternativas descentralizadas como Bitcoin o alguna otra criptomoneda, buscando proteger su privacidad y libertad financiera. Sin embargo, es importante reconocer que estas opciones no son una solución completa y que la resistencia a la nueva infraestructura financiera requerirá una comprensión más profunda y cambios sistémicos.
Es crucial reconocer que las leyes y las situaciones evolucionan rápidamente. ¡¡¡La especulación sobre el futuro financiero debe SER VISTA COMO LO QUE ES ARRIBA ES ABAJO!!! Lo que pasa allá pasará acá… en México.
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