El final de una época política

No obstante que existen numerosos ejemplos sobre el final de una era de determinado grupo político ellos se aferran y no aceptan y mucho menos reconocen que su tiempo que disfrutaron del poder ya llegó a su término. Los políticos panistas de la familia Yunes, al igual que los priistas de Miguel Alemán y Fidel Herrera pensaron que su partido tricolor seguiría como lo había hecho durante décadas, pero con la llegada de Javier Duarte se desmoronó una hegemonía política que parecía que nunca iba a terminar y como castigo llevaron a prisión al exgobernador priista.

La decisión del Tribunal Federal Electoral de anular la elección de la candidata del partido de Acción Nacional, Patricia Lobeira de Yunes, estaba tomada con anticipación, ya que marcaba el final de la era yunista en Veracruz, al igual que finalizó la alemanista y la fidelista del PRI.

A nivel nacional, Santiago Creel coordinador de la bancada panista está buscando un diálogo con el gobierno de Morena, como un punto final a la confrontación de tanto tiempo, inmediatamente se le respondió para que lo citara el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, no se cree conveniente que aborde el tema de lo ocurrido legalmente en el puerto de Veracruz.

Ningún priista de abolengo acepta que los tiempos de su partido tricolor llegaron a su final y es lo mismo que pasa con los panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, que al igual que ocurrió con Javier Duarte en Veracruz, van a terminar como el frustrado candidato presidencial Ricardo Anaya en una prisión capitalina, cuando sea capturado desde donde se esconde en el extranjero.

Fue líder nacional del PAN y sabe que no puede regresar a México porque está acusado de recibir dinero de una empresa extranjera y repartirlo entre sus compañeros diputados para aprobar la iniciativa de reforma energética del entonces presidente priista Enrique Peña Nieto.

La clase política mexicana jamás va a reconocer que perdieron y aducirán que les hicieron trampa o que los magistrados se vendieron, cuando la realidad es otra muy diferente y se reduce simplemente a que el pueblo mexicano ya despertó, su tiempo en el gobierno ya terminó y que la época de gloria, poder y dinero que tuvieron en el cargo político de elección popular era prestado y hay que devolverlo. Acción que la tuvo muy clara y precisa el gobernador veracruzano Fernando Gutiérrez Barrios.

Estamos en la nueva era del partido político de Morena, donde se ganó la Presidencia de la República la mayoría en el Congreso de la Unión y en las pasadas elecciones obtuvieron once gubernaturas de las 15 que estaban en juego y que van a ganar cinco de las seis del próximo año.

Negar esa realidad del Movimiento que creara el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador es vendarse los ojos y permanecer ajeno a lo que acontece en nuestro país.

Es lo mismo que ocurrió el pasado miércoles en el Tribunal Electoral Regional de la entidad.

Es el fin de una época política y el surgimiento de otra que da prioridad a los pobres y donde gobierna el pueblo de México.

Están en su pleno derecho los panistas jarochos de acudir al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en la ciudad de México, de antemano se conoce el resultado, fue una elección donde se cometieran actos ilegales y hay que repetirla. Punto.

El ingeniero Ricardo Francisco Exsome Zapata es el aspirante con mayores posibilidades y sería el nuevo presidente municipal del puerto de Veracruz en esta etapa que domina el partido Morena a nivel nacional y en la entidad veracruzana.

Es una historia que no tiene fin y que se repetirá.