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Por Raúl López Gómez
Columna:

Cosmovisión

El Covid y yo

2022-07-19 | 07:03 a.m.
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Ya pasando el sexto día de la detección del contagio del Covid-19, se comparte esta experiencia nunca imaginada, y si muy esperada después de más de dos años de pandemia, y de no haber sufrido de contagio.

Las variaciones de tipo de padecimientos a veces confunden, primero se presentó en un promedio de diez días una larga etapa de un problema de dolor en el cuello con inflamación de ganglios y de garganta. Se hizo la consulta médica y se tomaron las medicinas indicadas.

Después, con la famosa quinta ola actual, todo iba muy bien hasta que, de nuevo dolor en la garganta y problemas de temperatura, tos y las clásicas molestias estomacales, que evitan cuando menos estar en la ecuanimidad de la casa.

Se hizo la prueba a sugerencia de cercanos, y la prueba dio “positivo” para el bicho. A pesar de todo había todavía pocas molestias.

La primer noche temperatura y las severas molestias en la garganta con dolor “carraspera” y tos, además de los gruñidos de tripas por tres días o más y las consecuentes condiciones de estar pegados al WC.

Casi todas las noches sin poder conciliar el sueño para poder dormir, pero el cuerpo se mantiene alerta siempre, y no te deja sucumbir al cansancio, porque de forma natural el organismo está procesando la enfermedad de forma lenta, que parece un martirio interminable, pero después va llegando la curación.

En el tercer día, ya dio un poco de hambre, y se procedió al desayuno normal, pero de igual forma sin contener los problemas estomacales, entiéndase “mal de Moctezuma”.

Todos los remedios y el tratamiento médico, son realmente la salida un mal viral, que al final uno se va dando cuenta de la maravilla que es el cuerpo humano, y el avance de la ciencia actuando para bien.

Con la nueva “cepa” o lo que sea, el paciente se la pasa en casa aislado y tratando de mantener la mente ocupada, aquí las redes sociales son la “medicina ideal” de ocupación para desviar la atención, o mejor dicho concentrarse en cosas que divierten, hacen reír y olvidar el padecimiento, que requiere de mucha calma, de uno mismo y de los que rodean, para evitar el contagio.

Ya en el sexto día, siguen las molestias en la garganta, poco de tos, “cero temperatura alta o fiebre”, y se comienza a agotar el tratamiento prescrito.

Hay que tomar muchos líquidos, agua te, caldo de pollo, fruta y lo que se tenga al alcance, aunque en la realidad el organismo deja de pedir alimento y prefiere la hidratación.

La experiencia a este contagio, con los días, se puede decir, llega la calma, retorna la energía y la voluntad de vivir para seguirle.

Pocas recomendaciones importantes y vitales de forma general, sin ser un experto, pero al menos después de una mala experiencia convertida en positiva, se llega a la conclusión que el cuerpo del ser humano y de todos los seres vivos, dotados del instinto de conservación, y todo lo que se quiera agregar, en el caso del hombre, hablando genéricamente, es que el cuerpo se “resetea” como un aparato dotado de inteligencia, y después de la mala experiencia, y de que vuelve la calma, se comienzan a notar cambios positivos en el organismo. “como un renacer a la vida”.

Es una sensación de mejor vivir, y de que se van las dolencias añejas a los males crónicos de presión o de lo que se padezca, pero además por dejar de comer y de dormir, se recuperan las fuerzas de seguir delante de forma natural, y pronto se da cuenta de que, con la consulta médica adecuada, el tratamiento y todo lo que ya se sabe del avance científico, más un poco de fe, el ser humano vuelve a la lucha y sin problema.

Apenas, entrando al séptimo día, con más ánimo y con la certeza de que después de la crisis, viene la fortaleza.

También, se comparte del dolor de quiénes durante esta pandemia, han sucumbido, por las circunstancias diversas, y se abraza a todas las familias, que han vivido esta situación, a la que pocos escapan a esta condición.

Esperamos seguir con buen ánimo, con la mente ocupada, y recibir las palabras de acompañamiento de familiares y de muchos amigos, que se han solidarizado por este momento difícil, pero de mucho aprendizaje. “A todos, gracias”. Y sin cantar victoria aún. pero seguiremos informando. Así las cosas.

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