Cuando alguna autoridad realiza una obra cuya ejecución trastoca la vida cotidiana de un segmento de la población, suele decir que las molestias son temporales pero el beneficio es permanente.
Puede ser, pero esa frase suena más a excusa que a realidad.
El Zócalo de Veracruz está medio abierto o medio cerrado, según el cristal con el que se vea, con los trabajos para introducir un colector pluvial.
Bien, pero hay otro problema: el ruido que se genera desde que en enero quitaron las luces navideñas de la avenida Independencia y ahora el de las máquinas es molesto y generador de estrés. No es un simple ruidito, sino un taladro cuya broca ingresa por los oídos. Imaginen cómo estarán los empleados del Palacio Municipal, de los restaurantes, bares y hoteles, tiendas de la zona y etcétera.
Esperemos que valga la pena y ya no se inunde la zona en temporada de lluvias.
Los restauranteros de Veracruz y Boca del Río se dijeron preocupados ante los recurrentes cortes de energía eléctrica que afectan a sus negocios. Abigail Guzmán Hernández, vicepresidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Veracruz, señalo que en los últimos días varios de sus afiliados tuvieron importantes pérdidas económicas debido a los apagones, ya que la manipulación de alimentos requiere de equipos de refrigeración funcionando correctamente.
Es de mencionar que la preocupación también es de los usuarios de CFE ya que se esperan altas para las próximas semanas y podrían presentarse cortes eléctricos de nueva cuenta.
Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato al Senado por la alianza PAN, PRI y PRD, sumó a sus propuestas de campaña bajar el recibo de luz en Veracruz. Usando de fondo la planta de Laguna Verde, el panista repitió la promesa de campaña que en otras elecciones integrantes de su grupo político han prometido y no han cumplido.
Algunos como la actual diputada federal que busca la reelección, María Josefina Gamboa Totales o la actual senadora Indira Rosales, quien irá por la diputación local.
Bien dicen por ahí que el prometer no empobrece, lo interesante es saber si los jarochos les siguen comprando ese cuento a los políticos, porque al pueblo bueno y sabio, ya lo dijo el presidente, no se le engaña como antes.
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