En el Palacio Municipal de Veracruz ya ni la amuelan. De puras barbas le aventaron a los vendedores y habitantes que aún quedan en la calle Carlos Cruz entre Bravo y Guerrero, en la zona de mercados, varios armatostes metálicos de vendedores informales, como si fuera un basurero o cuarto de trebejos.
La gracia fue del director de Comercio, Jesús Sanz Barradas, dizque para despejar González Pagés. Y por qué mejor no se los llevó a su casa? Nada tonto, no va a dejar de recibir su mochada del comercio informal y prefirió trasladar el problema de ambulantaje a los de Carlos Cruz.
Por lo pronto, ya los propietarios e inquilinos de departamentos en Carlos Cruz expresaron su inconformidad, aunque en el Palacio Real ni los vieron ni los oyeron. Entre los inconformes se menciona a familias de apellidos como Ramos Alducin. Si ése es el concepto de reactivar la economía que tienen en el ayuntamiento de Veracruz, están para ponerse a llorar.
Indiferencia sanitaria
Por cierto y ya en esa zona, el ayuntamiento de Veracruz o la Jurisdicción Sanitaria o Rambo, deberían sancionar a los vendedores de pollo que se ubican en la avenida Guerrero, quienes expenden el producto en la más completa insalubridad, expuestos al ambiente, al grado de que los pichos que vuelan en esa calle devoran las vísceras sanguinolentas de las aves destazadas, ante la indiferencia de las y los vendedores. A eso sí deberían avocarse en el ayuntamiento, no a otras cosas non sanctas...
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