Desangelada visita de Xóchitl Gálvez en el puerto de Veracruz

La ausencia notoria de respaldo a Xóchitl Gálvez en su visita a Veracruz, por parte de prominentes figuras de distintos partidos, refleja un clima político complejo. El hecho de que ni panistas, priistas, perredistas, ni siquiera el aspirante a la gubernatura, José Yunes Zorrilla, hayan asistido a su evento, sugiere divisiones significativas.

La alerta a los medios sobre la supuesta suspensión del evento, con el objetivo de evitar su presencia, añade un matiz de desencuentro y resalta las tensiones en el panorama político. Subraya la necesidad de analizar la dinámica política y las rivalidades internas que pueden obstaculizar la consolidación de candidaturas y la unidad en el proceso electoral. La política en Veracruz, como en muchos lugares, parece estar teñida por divisiones.

Estadio de primera con una Liga de segunda

Desafortunadamente los aficionados de los Tiburones Rojos de Veracruz tendrán que esperar muchos años más para ver el tan anhelado regreso de su equipo, pues el gobernador anunció el regreso del fútbol profesional pero no como ellos lo esperaban.

Se espera que con la reinauguración del ‘Pirata’ de la Fuente, se puedan albergar hasta dos equipos de la Liga de Expansión, lo que vendría siendo la anterior liga de ascenso, o sea, la misma gata pero más revocada; aunque el pequeño gran problema es que la Liga MX desapareció el ascenso.

De nada servirá tener un estadio novedoso y con capacidad para el fútbol de primera división si se van a tener uno o dos equipos de reciente creación, sin afición, sin suficiente apoyo y lo más importante, sin la posibilidad de ascender, lo que significaría tener un estadio de primera con una liga de segunda.

El pueblo urge oportunidades laborales

Representantes de sectores políticos y sociales claman por políticas económicas y sociales que ayuden a los mexicanos a salir del bache y reprochan que no haya medidas precisas para mejorar la economía y la seguridad, rubros centrales para cualquier sociedad.

Y reprochan aún más que varios aspirantes a cargos de elección popular prometan dinero en vez de oportunidades de empleo.

Es lo que piden los ciudadanos: ser empleados, no subempleados; tener empleos, no subempleados.

Así lo establecen líderes sindicales.

Por ahí van las aspiraciones.