Cuesta abajo

En el proceso electoral del 2018, eran muchos los mexicanos que anhelaban un cambio verdadero. Estaban hartos de la corrupción rampante, de la violencia desatada y de la impunidad. También del bajo crecimiento económico, de la escasez de empleos y de un sistema nacional de salud deficiente.

Su inconformidad incluía a la educación pública por su baja calidad, lo que obligaba a quienes podían pagarla a optar por la educación privada.

La solución a todos estos problemas la ofrecía el candidato López Obrador. El movimiento creado por él parecía ser realmente la esperanza de México.

Su programa ofrecía acabar con la corrupción y con la impunidad, crecimiento económico del 4%, empleo, desarrollo, salud y educación.

Entusiasmados, 30 millones de ciudadanos le dieron su voto. Atendieron también su consigna de que votaran parejo por los candidatos morenistas.

Así llegaron a cargos relevantes quienes gozaban de cierta preparación y experiencia para gobernar.

Lamentablemente también llegaron los oportunistas que nunca faltan, los resentidos, los improvisados y también los radicales. Algunos de ellos, llenos de soberbia olvidaron que su deber es velar por el bienestar de la población e impulsar el sano desarrollo del país. También por su respeto irrestricto a la Ley.

La alta votación que tuvieron gracias a las promesas hechas, hizo creer a algunos que recibieron una especie de cheque en blanco para hacer lo que quisieran. Si

la ley les estorba sus planes, simplemente la cambian, aprovechando el control que tienen del poder legislativo.

Los resultados están a la vista:

El crecimiento del país va de reversa, la inseguridad al alza y los homicidios también. Los empleos se pierden, la inversión retrocede cada vez que el actual gobierno pretende desconocer contratos firmados en administraciones anteriores, poniendo en duda la vigencia del estado de derecho.

La epidemia que nos agobia le cae como anillo al dedo a la actual administración, porque le facilita adecuar las leyes, los programas y el presupuesto a su antojo.

Para lograrlo utiliza a su mayoría legislativa en el congreso. Dicha mayoría no analiza, no discute, ni dialoga, ni reflexiona mucho. Simplemente acata lo que le dictan.

El ala radical de MORENA poco a poco impone su agenda sobre los morenistas sensatos y atiende las directrices del Foro de Sao Paulo que pretende llevarnos a un modelo de socialismo tipo chavista.

Hay que aclarar que la gente que votó por MORENA, lo hizo con la ilusión de que el país mejorara, no de que fuera para atrás.

Por eso cada día hay más ciudadanos desilusionados y también preocupados por lo que pasa en México.

Hace unos días el gobernador morenista de Puebla se le fue encima a la educación privada de ese estado.

Otros políticos morenistas proponen que el INEGI tenga facultades para entrar a los hogares mexicanos a detectar lo que cada ciudadano posee, con la intención

de que pague nuevos impuestos por los bienes que tienen y cuyos impuestos ya pagó el propietario en su momento.

Se hacen planteamientos para que las AFORES que administran el dinero de los trabajadores sean ahora manejadas por el gobierno a través del Banco del Bienestar, con el riesgo de que malbarate ese dinero.

Eso no es todo. Acaban de llegar a Veracruz, más de 100 supuestos médicos cubanos que quién sabe cuánto nos cuestan ni que preparación tengan, cuando hay aquí médicos capaces desempleados.

El riesgo de que los cubanos sean activistas políticos es enorme. Curiosamente también en su momento llegaron a Venezuela médicos cubanos y ya ven como les fue a los pobres venezolanos.

Si todo esto nos intranquiliza, hay una solución efectiva. Estas son las elecciones del 2021. No puede MORENA seguir controlando al Poder Legislativo. El Poder Ejecutivo necesita frenos y contrapesos o nos irá peor.

En el 2021 será nuestra última oportunidad de cambiar las cosas para mejorarlas.

Ojalá haya para entonces una enorme participación ciudadana que a través de su voto restablecer los equilibrios para el bien de la república.

No les parece a Ustedes?.

Muchas gracias y buen fin de semana.