La semana pasada dos hechos nos mostraron lo indolentes, apáticos y egoístas que somos durante la Pandemia de Coronavirus, y ¿por qué no decirlo?, hasta con la tragedia y el sentido común.
Para quienes no son de Coatzacoalcos y se preguntan a qué me refiero, les comento que el pasado lunes ocurrió un accidente en Ciudad Olmeca mientras integrantes de una familia realizaban un ‘Baby Shower’, ahí una persona en estado de ebriedad que conducía una camioneta arroyó a ocho personas; mientras que el miércoles de esa misma semana personal de Protección Civil retiró a una familia poblana de la playa, en pleno impacto del Frente Frío 4. Ambas cosas ocurren en medio de esta contingencia sanitaria.
Si bien el aislamiento provoca desesperación, ansiedad y depresión en varios, es imposible para un gobierno poder controlar a su población, por lo que aquí nos resta aplicar el sentido común y cuidarnos al máximo con medidas sanitarias: cubrebocas, gel antibacterial y sana distancia.
LA PRIMERA DESGRACIA
Y es que para muchos la vida sigue aún por encima del Coronavirus, tan es así que se hizo un ‘Baby Shower’ de manera íntima, pero de forma equivocada en la vía pública; y aclaro que no critico la celebración, pues he ido a varios festejos extremando precauciones y no pretendo ponerme de ejemplo, pero el principal error fue haber hecho esa reunión afuera cuando pudo hacerse en un lugar ajeno a la banqueta.
El resultado de esto lo sabemos, lamentablemente la madre perdió a su bebé aún en el vientre y a unos cuantos días de llegar a este mundo y también una hermosa french poodle llamada ‘Pelusa’, que fue embestida por el tomado chofer de la camioneta.
Además del doble dolor para esta familia de Ciudad Olmeca enfrentaron otros sentimientos como el coraje, pues no faltó quienes en redes sociales pasaran de una sana crítica a palabras ofensivas como expresar que la joven madre tenía merecida la muerte de su criatura; es cierto que la fiesta aún así con 11 personas no debió hacerse en la banqueta en plena pandemia de Covid-19, pero debemos medir nuestras expresiones, existe la libertad de expresión, siempre y cuando no faltemos el respeto de otros.
LA INCONSCIENCIA
Y aquí viene la otra.
El pasado miércoles una familia de nueve integrantes, todos poblanos, fueron retirados de la playa a la altura de la Plaza de la Pirámide, también aquí en Coatzacoalcos.
Fue en un recorrido de Protección Civil como se dieron cuenta de lo ocurrido y a los bomberos no les quedó que bajarse de la patrulla, entrar a la playa y pedirle a la familia que se retirara.
No era para menos; ¡El mar estaba ‘bravo’! Ya se sentían las fuertes rachas de más de 70 kilómetros por hora del Frente Frío 4 que derribaron dos árboles y destecharon una casa, pero eso no bastó para que esta familia con seis menores de edad, uno de ellos en brazos, tuviera temor de Dios.
Las olas se fortalecían conforme cada racha de viento del norte y así se metieron a la playa; creo que el hecho de ser habitantes foráneos no nos exime de aplicar el sentido común, pues de no haber estado Protección Civil habría ocurrido otra tragedia.
No nos olvidemos de cuidarnos, que si vamos a una reunión o si las organizamos éstas sean con un grupo reducido de personas, en un área aislada de la vía pública y colocando tapetes sanitizantes o al menos agua con cloro; también hay que colocar gel antibacterial y aplicar la sana distancia, pues el Coronavirus llegó para quedarse y la vacuna tardará en aplicarse una vez que la terminen.
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