El virus del Covid-19 ya no va a desaparecer, es una realidad y con él llegaron otros males a la sociedad o que al menos, se potenciaron y parece tienden a no desaparecer también.
Y es que la pandemia dio un giro drástico en el uso de la banca en línea en México, pero con eso también se generó un fenómeno adicional por fraudes que operan con datos personales de la población y usuarios de las instituciones financieras, y sin que éstas les restituyan fondos en la mayoría de los casos.
Han venido creciendo los hechos y movimientos extraños que van directo a la vulnerabilidad en las cuentas de más personas y sin distingo de edades.
Incluso hay hasta quienes han recibido llamadas del número de teléfono del banco que aparece al reverso de la tarjeta de débito o crédito que usan, pero quienes generan la comunicación no son realmente ejecutivos del banco sino estafadores y miembros de una red ajena a hechos lícitos.
Instancias como la Condusef tienen registros arriba del 50% de denuncias por los fraudes bancarios por la vía telefónica, mensajes y correos. Y el hecho va en crecimiento y refieren es a partir del 2021.
Las denuncias por fraude de ese tipo son una constante y también cabe decir que hay un número elevado de las personas que no proceden a denunciar.
Ante el encierro por el Covid, los servicios bancarios online se volvieron ordinarios entre casi toda la población, pero también "el fraude bancario en línea", y de hecho, las estafas de phishing bancario (son mensajes de texto con los que buscan engañar a las personas para que revelen información confidencial como contraseñas, números de cuentas o seguridad), se han convertido en uno de los tipos de actividades delictivas comunes y con la ayuda del internet.
CONDUSEF (Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros), hace unos meses informó que las reclamaciones recibidas en el estado por fraude virtual o cibernético, ubica a Veracruz entre las primeras 5 entidades de la República en esa incidencia, lo cual no es un honroso sitio.
Además del estrés financiero, ya también expresan autoridades del sector salud, la presencia de impactos en la salud mental y emocional por el uso excesivo de los dispositivos móviles y las redes sociales.
Y es que estas manifestaciones pueden contribuir al desarrollo de problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y la baja autoestima.
"Y esto es un dardo al sector salud y económico en conjunto, o sea, de los fraudes bancarios a la salud física y mental".
El INEGI a través de la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (ENSAFI) 2023 informoó que en consecuencia del llamado estrés financiero, 35% de la población reportó experimentar algún malestar físico: dolor de cabeza, gastritis, colitis, pérdida de sueño e incluso cambios en la presión arterial.
Y por si algo faltaba, están en aumento los fraudes bancarios.
¡ ES CUANTO !
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