Finalmente se impuso el género en Xalapa, con el reemplazo de Rafael Hernández Villalpando, como candidato a la diputación federal por Morena. Y entonces la bandera se le otorgó a le integrante de un grupo empresarial radiofónico, Ana Miriam Ferráez, quien además de ser diputada local tuvo ventajas en las encuestas.
Y se hicieron las “fe de erratas” correspondientes, pero entonces, con lo que se hizo el primero de dos cambios en la lista de los aspirantes, el de la legisladora morenista.
Posteriormente hubo otro movimiento, este no fue por razón de género, pero le hizo justicia la revolución, se podría decir, a un leal y seguidor de siempre de la actual candidata a la gubernatura por ese partido, Rocío Nahle, se trata de quien fuera secretario de Salud en el gobierno de Cuitláhuac García, el doctor Roberto Ramos Alor.
En Coatzacoalcos, la diputada Tania Cruz, estaba en la lista para ser la candidata de Morena a la diputación federal, quien lo haría por tercera ocasión, igual que en el caso del exrector de la UV. Pero entonces se corrigió la relación de aspirantes para darle paso al exsecretario de Salud, Ramos Alor.
Llama la atención que apenas una semana antes, la diputada local, Eusebia Cortés Pérez anunció que se retiraba para buscar una candidatura y repetir de nueva cuenta como legisladora. En un acto de congruencia, dijo, porque no estaba de acuerdo en que se le incluyera de nueva cuenta a Tania Cruz y no se dieran espacios a nuevas caras para el cargo.
Cabe señalar que Eusebia Cortés es identificada como una mujer cercana a Nahle García, y en su discurso se lanzó contra las decisiones cupulares del dirigente nacional, Mario Delgado.
En este caso, se puede deducir que le resultó el berrinchito a la diputada local, pues se dio cabida a Ramos Alor por Tania, que era su molestia, y por lo que calificó que era antidemocrático el proceso interno.
En Xalapa, se modificó el escenario, y entró Ana Miriam Ferráez sacando de la jugada a Hernández Villapando.
Con ambos movimientos parece quedar claro que hay un peso político importante que funcionó ante el Comité Nacional para ganarle la partida al mismo líder del partido.
EL SILENCIO CÓMPLICE DE UN ALCALDE. Primero fue retenido o desaparecido, -cada vez son más confusos los términos por los modus operandi- un joven comerciante, quien tenía una papelería en el centro de la cabecera municipal de Acultzingo.
Pero la característica de este evento, uno de tantos que han venido ocurriendo en ese lugar, limítrofe con los estados de Puebla y Oaxaca.
El hecho violento de sacar a este joven de su domicilio por parte de un grupo de hombres armados tuvo lugar el miércoles 21 de febrero.
Y luego, dos días después, en la madrugada del viernes, ocurrió el asesinato de 5 hombres y dos mujeres en la madrugada del 23 de febrero en la colonia centro de Acultzingo.
La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó el homicidio de las siete personas y señaló que se investiga el móvil del crimen.
En el lugar se encontraban conviviendo las siete personas que fueron asesinadas, entre ellas dos mujeres. Y extraoficialmente se mencionó que entre las víctimas podría haber un menor de edad. También se dijo que podría ser derivado que estas personas participaron en la protesta para exigir la aparición del joven.
Como siempre, después de los hechos, se anuncia el refuerzo de la seguridad, y en este caso, arribaron este domingo, 300 elementos de la Guardia Nacional y el Ejército, que seguramente inhibirán por unos días la violencia o el actuar de los grupos delincuenciales, sin ir al fondo de erradicar la misma, al menos en esa región donde contantemente se cometen graves hechos delictivos.
Lo más grave es que en ambos casos se ha dado el singular y extraño comportamiento de la primera autoridad del municipio, del alcalde, Luis Alfredo Cruz López.
En ningún momento, ni con la desaparición de Emmanuel Cid, quien también era su empleado de confianza, como director del Deporte, ni con la ejecución masiva, ha externado o aparecido para informar sobre la situación que priva en el municipio que gobierna.
Esto parece ser común de las autoridades municipales, pues en mayo de 2019 hubo otro acribillamiento de seis jóvenes en una comunidad de ese municipio a pie de carretera que lleva de Orizaba a la cabecera, donde uno murió y cinco resultaron heridos, y el entonces alcalde, René Medel Carrera prácticamente se escondió para no figurar en este hecho ni atender a las familias de las víctimas, solo se concretó entonces a emitir un escueto comunicado.
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