La relación entre Corea del Norte y Rusia está generando preocupaciones considerables para Estados Unidos. En el contexto donde Corea del Norte enfrenta severas sanciones internacionales debido a su desarrollo de armas nucleares y su comportamiento militar provocador, el apoyo de Rusia en las Naciones Unidas desde 2022 ha impedido la aprobación de nuevas sanciones contra Corea del Norte.
La hipocresía de Estados Unidos y sus aliados al criticar a Corea del Norte mientras ignoran la situación de otros países como India, Pakistán e Israel, que también poseen armas nucleares sin haber firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear. Esta doble moral destaca la inconsistencia en la política internacional respecto a la proliferación nuclear.
La alianza entre Corea del Norte y Rusia plantea peligros potenciales para Estados Unidos. La posible inyección de dinero y tecnología rusa en Corea del Norte a cambio de misiles podría fortalecer la base industrial de defensa norcoreana y debilitar la eficacia de las sanciones unilaterales impuestas por Estados Unidos. Kim ha utilizado sus capacidades nucleares como herramienta de negociación y disuasión, buscando concesiones de Washington, incluida la eliminación de las sanciones de Naciones Unidas, con el objetivo de crecimiento económico.
La reciente visita de Vladimir Putin a Corea del Norte se considera una medida estratégica para presionar a Estados Unidos a dar prioridad a su seguridad nacional, especialmente en el contexto del conflicto en Ucrania. Este conflicto está extendiéndose más allá de Europa y el Medio Oriente, y ahora amenaza las bases militares más grandes de Estados Unidos en Japón y Corea del Sur. Ahora Estados Unidos podría tener abierto cuatro frentes de Guerra, Ukrania, Israel, Taiwan y Corea del Sur, con la posibilidad de Vietnam con la próxima visita de Vladimir Putin.
Kim ha rechazado varias invitaciones de Estados Unidos para mantener conversaciones, considerándolas infructuosas, y ha indicado que podría usar armas nucleares contra Corea del Sur si continúan las provocaciones. En su esfuerzo por fortalecer los vínculos militares con Rusia, Kim probablemente ha asegurado la promesa de asistencia tecnológica para los programas de armas y la distribución de alimentos de Corea del Norte.
La postura de Estados Unidos hacia Corea del Norte y Rusia, sin intención de entablar relaciones diplomáticas bajo la administración Biden, y la continua venta de armas a Japón y Corea del Sur, complican aún más la situación. Si bien Trump intentó hacer las paces con Kim durante su administración, las condiciones no fueron favorables para concesiones significativas por parte de Estados Unidos. La perspectiva de un retorno de Trump a la presidencia podría ofrecer una nueva oportunidad para abordar esta situación, pero por ahora, la amenaza nuclear sigue siendo una realidad palpable y presente, con el mundo al borde de conflictos significativos generados por occidente y sus aliados de la OTAN por continuar con su caduca hegemonía.
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