Para Ripley: el doctor Juan Martínez Flores, flamante alcalde cordobés, está por romper récord, pues todavía no cumple dos semanas en el cargo y ya decepcionó a muchos que votaron por él.
Y es que al exdiputado federal de Morena le han llovido críticas por haber incorporado en el área de seguridad a Juan Manuel Arzola Hernández, a quien medios y ciudadanos señalan de haber estado preso cuatro años por secuestro en el norte del país.
Las protestas en Córdoba están más que justificadas, pues en ese municipio y la región han venido padeciendo secuestros y extorsiones del crimen organizado.
Pero a nadie debería de sorprender esta insensatez del munícipe morenista, ya que en 2017, cuando contendió por primera vez por la alcaldía cordobesa, fue apoyado por Jesús AízaKaluf, (a) “El Sirio”, mismo que en el gobierno de Fidel Herrera Beltrán fue delegado de la Secretaría de Seguridad Pública en Fortín y luego, en la administración del exgobernador Javier Duarte, subdirector de Operaciones de la SSP. De Veracruz, Aíza se fue al municipio de Benito Juárez, Quintana Roo, donde hasta 2014 se desempeñó como secretario de Seguridad Pública.
En febrero de 2021, el diario Milenio publicó que el gabinete de seguridad del gobierno federal había detectado una red de políticos de PVEM, PRI, PRD, PT y Morena –así como funcionarios de la Fiscalía quintanarroense– que presuntamente protegían y colaboraban con la mafia rumana liderada por Florian Tudor, (a) “El Tiburón” o “Rechinu”, dedicada a clonar tarjetas bancarias de turistas, al tráfico de personas para explotación sexual y a la extorsión a comerciantes.
Conforme a este documento presentado desde octubre de 2020 en el gabinete de seguridad, el nombre de AízaKaluf figuraba en las investigaciones como accionista de tres empresas y por haber abogado ante la FGR a favor de Tudor y Adrián Cosmin, su principal socio, a los que la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda les había congelado 79 cuentas bancarias.
La información de inteligencia obtenida por el diario capitalino apuntaba que en esta red de protección estaban no sólo los exgobernadores priistas Félix Arturo González Canto y Roberto Borge –muy amigo de Duarte y su vocero Alberto Silva–, además de diputados del Partido Verde y exalcaldes priistas y perredistas de esa entidad del Caribe mexicano, sino también operadores y militantes del Partido del Trabajo y de Morena, señalando específicamente a René Bejarano como uno de los principales vínculos del rumano Tudor, quien desde Cancún logró tejer en 14 estados una red de funcionarios y empresas fantasma que, según información del FBI y la DEA, le permitieron operar en al menos 15 países.
De acuerdo con dicho documento confidencial, a través de varios de sus colaboradores Bejarano utilizó a Morena e, incluso, habría usado el nombre del presidente López Obrador para estafar a ciudadanos y empresarios de Cancún.
Ahora, los detractores del doctor Martínez refieren que a su clínica particular “Santa Elena” recurrían durante el fidelato Los Zetas para curar a sus jefes y sicarios que resultaban heridos.
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