Tras semanas de intensa actividad política, el pasado 29 de mayo concluyeron oficialmente las campañas electorales en México. Ahora, mientras la llamada "veda electoral" entra en vigor, la ciudadanía enfrenta una responsabilidad trascendental: razonar y ejercer el voto el próximo 01 de junio. En este contexto, es fundamental recordar la importancia del sufragio reflexivo en un Estado de Derecho y en una democracia constitucional.
El derecho al voto es el mecanismo principal mediante el cual la ciudadanía ejerce su soberanía, y funge como instrumento básico para la construcción, el fortalecimiento y la legitimidad de nuestras instituciones públicas. Este derecho, protegido constitucionalmente, tiene su fundamento en los principios de igualdad, libertad y justicia, los cuales guían a toda sociedad democrática.
Sin embargo, la relevancia del voto no se limita a su ejercicio formal. Más allá de acudir a las urnas, votar implica un proceso reflexivo de deliberación y responsabilidad. Un voto razonado es aquel que parte del análisis, la comparación y la elección informada entre las distintas plataformas, propuestas y trayectorias de las candidaturas. En suma, nos recuerda que la democracia no puede concebirse sin ciudadanas y ciudadanos críticos, informados y conscientes de los impactos de su decisión.
El periodo de veda electoral no es un mero requisito formal; es una oportunidad invaluable que el propio sistema electoral ofrece a la sociedad para hacer un alto en el camino y reflexionar sin presiones externas, sin propaganda partidista ni actividades proselitistas. Es tiempo de analizar los retos que enfrenta México en materia de Estado de Derecho, equidad, seguridad, justicia, combate a la corrupción y representación efectiva.
Este proceso electoral, además, es aún mas significativo sí se considera que por primera vez habrá elecciones del Poder Judicial. Se trata entonces de un hecho histórico en el que se intenta legitimar a un poder que en el pasado reciente ha sido atacado y vulnerado. Es así como el voto razonado es aún mas importante, pues ahora esta en manos de los ciudadanos la elección de perfiles encargados de impartir justicia.
Es por ello, que en este espacio de pausa, es necesario acudir a las fuentes confiables, revisar las propuestas contenidas en las plataformas oficiales y, sobre todo, preguntarnos quiénes son las personas candidatas que ofrecen alternativas sólidas para la construcción de una nación más justa y democrática.
Las decisiones que tomemos este 01 de junio repercutirán de forma directa en la composición del poder público y en la ruta que seguirá nuestro país los próximos años. Por tanto, votar es, en esencia, participar en la definición del futuro de México y del Estado de Derecho y ahora en la impartición de justicia.
Abstenerse o votar por simple inercia debilita los cimientos de nuestras instituciones; en cambio, la reflexión y la elección responsable robustecen los valores democráticos y ofrecen esperanza de consolidar un sistema de justicia efectivo, transparente e incluyente.
La etapa de reflexión que inicia tras la conclusión de las campañas debe ser asumida con seriedad y compromiso. Nuestra decisión individual, informada y razonada, es la mayor garantía de un país donde prevalezcan el derecho, la democracia y la justicia. La segunda etapa será corroborar el respeto a la voluntad popular.
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