Según confirmó anteayer la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador, y de Estados Unidos, Joe Biden, sostendrán este viernes 17 un encuentro para fortalecer la relación bilateral en la ciudad californiana de San Francisco, en el marco de la cumbre de las 21 economías del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Pero la vocera de Washington puntualizó que el encuentro de ambos mandatarios será al margen de la Semana de Líderes Económicos de APEC.
Precisó que, durante la reunión, los dos líderes discutirán los esfuerzos en curso para fortalecer la relación bilateral entre Estados Unidos y México pero que además abordarán temas de preocupación compartida. “El presidente Biden y el presidente López Obrador también discutirán cómo podemos continuar trabajando juntos como socios para gestionar la migración en nuestra frontera compartida y movilizar una respuesta hemisférica a este desafío”, informó este lunes la Casa Blanca en un comunicado.
El encuentro de Biden y AMLO se dará coincidentemente dos semanas después de que centenas de archivos de la Fiscalía General de la Nación de Colombia, filtrados por el grupo Guacamaya –el mismo que hackeó el sistema de correos electrónicos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de México–, detallaron la expansión que desde 2019, al inicio del régimen obradorista, comenzó a observarse de los principales cárteles mexicanos en más de una decena de países de cuatro continentes, cuyas operaciones en América, Europa, Asia y Oceanía son investigadas principalmente por los gobiernos de Colombia, Panamá, Estados Unidos, Inglaterra y Australia, entre otros.
El domingo pasado, el diario El Universal publicó que estas investigaciones muestran más de 50 operaciones de grupos criminales –que incluyen al menos a una persona de nacionalidad mexicana– con estructuras delincuenciales de Colombia, Australia, Bélgica, Brasil, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Guatemala, Holanda, Líbano, Nicaragua, Países Bajos, Panamá y Venezuela.
Las identifican como “relaciones comerciales”. Entre sus roles principales están trazar, supervisar y coordinar rutas que cruzan continentes con cargamentos de drogas. El análisis de la base de datos creada para el proyecto #NARCOFILES: el nuevo orden criminal, liderado por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y con el apoyo del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), a partir de más de 13 millones de reportes policíacos, operaciones de inteligencia y correos electrónicos que forman parte de los archivos de la fiscalía colombiana, revela que desde 2019 las autoridades le han seguido el rastro a seis grupos de la delincuencia organizada etiquetados como mexicanos: Cártel de Sinaloa, Cártel Jalisco Nueva Generación, Cártel de Oaxaca, Los Cuinis (vinculados al CJNG), Los Zetas y Los Arellano Félix, señalando como sus aliados al Clan del Golfo, disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, la banda Los Pocillos, Los Caparros e incluso Hezbolá, una organización terrorista del Líbano que ahora ha intervenido por “solidaridad” con el pueblo palestino desde el estallido del conflicto bélico tras el ataque de Hamás a Israel, pero cuya enemistad con los aliados de EU data desde hace décadas.
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