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Francisco J. Ávila Camberos

Analizando con serenidad la historia

2021-08-21 | 08:20 a.m.
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La historia verdadera debe servirnos para aprender del pasado, mejorar el presente y planear adecuadamente el futuro.

Nos preocupa la historia, cuando ésta es reescrita y manipulada para distorsionar hechos y encuadrarlos en posturas ideológicas de moda, que más que buscar la verdad, la interpretan de manera parcial, omitiendo el contexto en que sucedieron los hechos.

De esta manera logran revivir viejos agravios y polémicos enconos, cuando lo que todos anhelamos es trabajar, vivir en paz, concordia y armonía.

Lo que pasó hace quinientos años no es responsabilidad de ninguno de quienes vivimos en la actualidad.

Los españoles por ejemplo no le reclaman a los árabes el haberlos dominado durante 800 años, ni tampoco a los romanos que invadieron la península ibérica varios siglos antes.

Al contrario, aprovecharon los conocimientos culturales que árabes y romanos les transmitieron. Sin su aportación, difícilmente hubiera llegado a ser España la potencia que fue en el siglo XVI.

Comento todo esto porque el pasado 13 de agosto se cumplieron 500 años de la caída de la Gran Tenochtitlán a manos de un puñado de españoles, que contaron con el apoyo de miles de tlaxcaltecas, totonacas y otras tribus indígenas, quienes vieron en Cortés a un verdadero libertador, porque los aztecas mantenían sojuzgadas a esas tribus, exigiéndoles pesados tributos y obligándolas a entregarles periódicamente hombres y mujeres jóvenes para sacrificarlos a sus dioses.

Incluso, antes de la llegada de los españoles se practicaba el canibalismo en algunas culturas indígenas.

Esta inhumana práctica, junto con los sacrificios humanos se erradicó gracias a la llegada del cristianismo.

La conquista del país se consolidó con la caída de la Gran Tenochtitlán.

Ninguna conquista se logra con discursos hermosos ni con buenas intenciones. Lamentablemente las conquistas se consiguen mediante la guerra.  Así ha sido siempre desde los orígenes de la humanidad.

El andar reclamado hechos sucedidos hace cientos de años, es verdaderamente ocioso.

Cualquier conquista le cuesta sangre y vidas a los bandos en pugna.

Pero hay que subrayar que pasada la contienda, las pasiones se serenan y se dan casos como el de México, donde las culturas se entremezclaron y enriquecieron mutuamente. Apareció el mestizaje. Cortés mismo tuvo un hijo mestizo.

Antes de la llegada de Cortés, México como nación no existía. Vivían en lo que es ahora el territorio nacional una serie de tribus dispersas que estaban en pugnas constantes, tenían idiomas y religiones diferentes, lo que complicaba su integración. Además, las  tribus pequeñas eran sojuzgadas con rudeza y esclavizadas por las más fuertes.

No todo fue negativo con la conquista: Llegaron a México, la rueda, el arado, los animales de carga y de tiro, el ganado vacuno, el ovino, el caprino, el porcino y las aves de corral. También las escuelas, los hospitales, los asilos, los orfanatorios, la bóveda, el arco de medio punto romano y los puentes, tan necesarios para la comunicación del país.

También llegaron la minería, la vid, el comercio internacional, los conventos, las catedrales, la universidad y hasta la imprenta que mucho ayudó difundir la cultura.

Por si fuera poco, los conquistadores trajeron el cristianismo, religión cuyo Dios no exigía sacrificios humanos, sino que se sacrificaba Él mismo para salvar al género humano.

La titánica labor de los evangelizadores ayudó a los indígenas a recibir un trato digno, porque se convirtieron en sus educadores y férreos defensores. Fueron los frailes quienes aprendieron las lenguas indígenas y no solo se dedicaron  a enseñar el castellano a los naturales, sino también a recopilar y a escribir sobre las culturas locales y sus amplios conocimientos de medicina herbolaria.

De México salieron expediciones que llegaron hasta la costa Oeste de los Estados Unidos, Canadá y Alaska.

El idioma castellano y la religión católica fueron las sólidas bases sobre las cuales se edificó México, nuestra querida Patria.

Menuda diferencia con lo que dice la historia oficial, no lo creen?

Por cierto, los reyes españoles con una visión muy adelantada para su tiempo, promulgaron diversas leyes que protegieron a los naturales de los abusos de que eran objeto y ordenaron la restitución de sus tierras comunales que habían perdido durante la conquista.

Para entender mejor la historia es necesario estudiarla o al menos  leerla, para poder recuperar nuestra identidad  y no dejarnos manipular.

Para dejar de revivir viejos agravios que solo nos conducen al odio, al resentimiento y a la frustración.

Para finalizar, la vieja España le heredó a México, también llamado Nueva España; cuatro millones de kilómetros cuadrados de territorio.

Más de la mitad lo perdimos en el Siglo XIX, porque permitimos que fuerzas extrañas nos dividieran y enfrentaran.

Ojalá y jamás se repita esta última parte de nuestra historia patria.

No les parece a Ustedes?.

Muchas gracias y fin inicio de semana.

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