De manera formal y de facto, Morena irá a la contienda electoral federal de junio próximo en alianza con cinco partidos políticos, lo que representará un reto fenomenal para el bloque opositor PAN-PRI-PRD que pretende quitarle en la siguiente Legislatura la mayoría en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión para hacerle contrapeso al excesivo poder del presidente López Obrador.
Y es que en esta elección federal Morena irá formalmente aliado con el Partido del Trabajo y el PVEM, pero al proyecto de la 4T se sumarán también los diputados que resulten electos por los tres nuevos partidos políticos que acaban de obtener su registro: Redes Sociales Progresistas, de Elba Esther Gordillo; Fuerza Social por México, de Pedro Haces, líder de la CATEM, la nueva central obrera del obradorismo; y Encuentro Solidario (PES), de Hugo Éric Flores Cervantes, quien anteriormente había fundado el Partido Encuentro Social, cuyo registro perdió en la elección de 2018 no obstante ir coaligado con el movimiento obradorista.
Los dueños de estos tres nuevos partidos son aliados incondicionales de AMLO y su movimiento de la 4T. Por eso resulta absurda la desgastante confrontación entre el mandatario y su partido con el INE, 9 de cuyos 11 consejeros electorales votaron a favor de los criterios para evitar la sobrerrepresentación de la fuerza política mayoritaria en la Cámara de Diputados, como ocurrió en 2015 y 2018.
Para evitar la sobrerrepresentación, el acuerdo establece que el INE verificará la “militancia efectiva” de los candidatos a diputados federales ganadores por el principio de mayoría relativa, con la intención de contar con mayores elementos para la asignación de los legisladores de representación proporcional.
Y es que, anteriormente, las fuerzas políticas mayoritarias recurrieron a la postulación de aspirantes a través de un partido con menor preferencia para lograr una mayor representación proporcional, incluso, superior al 8 por ciento de la votación obtenida que permite la Constitución.
De esta práctica se benefició anteriormente el PRI, que ahora apoyó el proyecto del INE junto con el PAN, Movimiento Ciudadano y PRD. En cambio, el acuerdo fue rechazado por Morena y sus aliados PT y PES.
Ante este nuevo escenario, no se descarta que en vez de postular a sus militantes por el PT y PVEM, con los que va formalmente aliado, Morena apoye paralelamente algunas candidaturas competitivas que postulen los nuevos partidos afines que irán solos en la contienda con registro condicionado.
Un caso, por ejemplo, podría ser el de Eduardo “Tato” Vega Yunes, dirigente estatal de Fuerza Social por México, que contenderá por el distrito 8 (Xalapa rural) –por el que ya fue postulado por el PAN en 2012 y perdió ante el PRI en el TRIFE–, el cual tendría más posibilidades de ganar la elección que la actual diputada federal Claudia Tello Espinosa, de Morena, que pretende reelegirse pese a su escasa presencia política en la capital veracruzana y en los otros 18 municipios de su circunscripción.
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