América campeón. Justo monarca del Apertura 2023, tras vencer 3-0 en la vuelta, 4-1 en el global, a los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León.
El partido tuvo muchas aristas, la más importante el arbitraje y una imputable a la novatez evidenciada por Raymundo Fulgencio.
Al final Siboldi no tuvo la claridad para abrir el camino y gestionar en base a sus movimientos, un partido que se pudiera definir en la tanda de tiros penales, ya que los ajustes con la expulsión del veracruzano no le funcionaron o simplemente no le alcanzaron.
Así, el marcador abultado fue producto de situaciones extraordinarias que supo aprovechar América, equipo que saltaba favorito por cerrar en casa pero que para nada la iba a tener fácil, a menos como ocurrió, que hubiera algo fuera de lo normal.
La jugada que detonó el rumbo del juego fue aquella en la que Raymundo Fulgencio forcejea con Julián Quiñones, éste le da un par de rodillazos y empujones al veracruzano, quien con la sangre caliente le tira un manotazo, lo ve el árbitro, lo evidencia el VAR y viene la tarjeta roja.
En favor del espectáculo dicen que el árbitro debió solo amonestar, pero el reglamento no mide estas cosas, sin embargo, en favor de Fulgencio si el árbitro revisó el VAR seguro vio el contacto de Quiñones y debió amonestar a ambos o en todo caso amonestar a Quiñones y sí, expulsar al jugador felino.
Lo demás es historia, la expulsión de Nahuel Guzmán queriendo ser siempre protagonista y que por eso lo echaron, así como un América que liquidó y entró por la puerta que dejó apenas entrecerrada Robert Dante Siboldi.
La afición del norte no perdona y las directivas de ambos equipos, con tal de generar controversia a nivel interno, toman decisiones a veces fuera de toda proporción, como fue el caso de la salida ya de Raymundo Fulgencio que fue prestado al Atlas de Guadalajara.
Con el equipo tapatío será titular indiscutible, pero estar en Tigres es otro boleto, bien arropado, bien llevado y siempre protagonista, sí que el jugador lo va a extrañar, más que a pesar de su juventud logró ganarse un sitio en una plantilla tan competitiva como los universitarios.
Esperemos que ese pasaje lo supere el jugador porteño, ya que esto no acaba aquí, pues vale recordar que se trata de un elemento seleccionado Sub 23 con proyección a la mayor y que de estos momentos complicados vendrán muchos, el secreto es cómo enfrentarlos.
No sabemos qué tanta cercanía tiene Ray con su papá, pero creo que Filiberto tiene la obligación moral de transmitir sus vivencias, buenas y malas, para que el camino de su hijo sea menos “sinuoso”.
Aunque es cierto que a esta edad y con lo obtenido, poco o mucho, seguro estamos que el juvenil veracruzano no sabrá escuchar.
Miguel Layún, otro veracruzano, aunque éste de mayor bagaje, dijo adiós al futbol en activo para enfocarse en otros proyectos, tras ser campeón con América.
Comparado con Fulgencio, cuando surgió a la palestra el cordobés, lo hizo con muchas limitantes individuales técnicas, pero su gran tenacidad lo hizo trabajar el doble para alcanzar todos sus objetivos, debutar en primera división, jugar en Europa, seleccionado nacional, mundialista y retirarse en el equipo de su preferencia.
Debiera Miguel Layún dedicarse a ser conferencista para transmitir sus vivencias y experiencias, con la idea de optimizar el camino a las nuevas generaciones del futbol mexicano.
La selección de México perdió 3-2 a manos de Colombia, en un partido amistoso nada fácil para la gente de Jaime Lozano, que dicho sea de paso se dijo satisfecho por ver a quienes pueden ser relevos en el equipo nacional.
Sin embargo, derrota es derrota y la crítica a pesar de ser un juego amistoso fue severa, pues al final es la representación mexicana la que está en juego.
Esperemos mejores tiempos del equipo de Lozano en el 2024 y más vale.
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