“El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”
Leonardo Da Vinci
El agua es un recurso fundamental para la vida de todos los seres vivos. Sin embargo, hoy en día el agua se encuentra bajo amenaza extrema debido al aumento de la población mundial, la creciente demanda de la agricultura y la industria y, en especial, por los efectos del cambio climático en el planeta.
En torno a la idea “Haciendo visible lo invisible”, se celebrará, el próximo 22 de marzo, el Día Mundial del Agua que este año estará dedicado a resaltar el valor de las aguas subterráneas en nuestro planeta. Se lleva a cabo desde 1993, así lo estableció las Naciones Unidas con el objetivo de promover la importancia del agua dulce en el planeta. Además, la conmemoración de este día, respalda la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, cuyo fin es garantizar el acceso al agua limpia y a un saneamiento adecuado a toda la población mundial antes de 2030.
A lo largo de la historia, el ser humano se ha valido de las aguas subterráneas procedentes de los acuíferos para cubrir gran parte de sus necesidades.
Fue, principalmente, en el siglo XX cuando este valioso recurso pasó a formar parte del bienestar y el desarrollo económico de la sociedad, sobre todo en los sectores agrícolas e industriales.
Pero a pesar de que el 70% del planeta esté compuesto de agua, solo el 2.5% es agua dulce, de esta cantidad, tan solo el 0.007% está disponible para consumo humano. Esto se debe a que el 69% está congelada en los polos, el 30% está como agua subterránea en los acuíferos y el 0.3% en los ríos y arroyos.
El agua subterránea se encuentra bajo la superficie terrestre y se almacena en los acuíferos, que son formaciones geológicas compuestas por una o más capas de rocas y arena capaces de albergar y conservar agua en su interior; según datos de la ONU, el 97% del agua dulce líquida se encuentra bajo nuestros pies en el interior de estas formaciones naturales. El agua subterránea, además, da sustento al suministro de agua potable, el saneamiento, la agricultura, la industria y los ecosistemas.
Estos datos evidencian la importancia del agua dulce para el fundamento de la vida de todos los seres vivos, pero también su escasa disponibilidad en el planeta y la clara necesidad de proteger este valioso recurso.
Nuestra forma de valorar el agua condicionará su gestión y disponibilidad futuras, y esto a su vez, determinará nuestra capacidad para preservar este recurso crítico y limitado en beneficio del planeta.
Las aguas subterráneas son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos. Es por ello que debemos protegerlas de la sobreexplotación y la contaminación que actualmente las acechan, ya que puede desembocar en el agotamiento de este recurso, en el encarecimiento de su tratamiento y regeneración y hasta la paralización de su uso.
Este año, recuperemos la protección y la utilización de las aguas subterráneas de forma sostenible para sobrevivir al cambio climático y satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento.
#CambiaUnaAcciónCambiaTodo.
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