Casi 13 años han transcurrido de aquella sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que visibilizó los asesinatos de mujeres en México, es decir los feminicidios y el camino aún sigue siendo largo y oscuro. El Caso González y otras vs. México, mejor conocido como “Campo Algodonero”, cuya sentencia fue emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) el 16 de noviembre de 2009, representó y sigue representando un antes y un después para el Estado mexicano cuando se habla de violencia de género.
Aquella sentencia de la Corte IDH condenó al Estado mexicano como responsable en la desaparición y muerte de las jóvenes Claudia, Esmeralda y Laura, cuyos cuerpos fueron hallados en un campo algodonero de Ciudad Juárez el 6 de noviembre de 2001. La Comisión Nacional de Derechos Humanos, manifestó que los cuerpos de las jóvenes fueron objeto de un particular ensañamiento por parte de los perpetradores de los homicidios.
A ello se añadió que las tres víctimas fueron abusadas con extrema violencia. En aquella resolución la Corte IDH estipuló en su decisión los parámetros para determinar, prevenir, investigar, procesar y castigar la violencia de género. Es decir, estableció directrices para identificar cuando estamos frente a casos cuyo móvil es la violencia de género, hecho que en México aún era incierto en México en 2009.
A ello se sumó un marco jurídico internacional de protección como lo fue, la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida también como Convención Belém do Pará, y la Convención sobre Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), con la finalidad de hacer frente a la violencia de género desde una perspectiva preventiva y punitiva.
En la sentencia de la Corte IDH, emitida el 16 de noviembre de 2009, seresponsabilizó al Estado mexicano de las violaciones a derechos humanos de mujeres; como respuesta a ello, el estado mexicano, reformó la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, a través de diversas normas, como la Norma Mexicana en igualdad Laboral y No Discriminación, se buscófortalecer al Instituto Nacional de la Mujer y orilló a que la propia Suprema Corte de Justicia de la Nación creara el Protocolo para Juzgar con Perspectiva de Género.
A unos cuantos meses de cumplirse 13 años de aquella sentencia, los feminicidios y violencia en contra de mujeres, no cesan en México, mas allá de políticas publicas y programas populistas a los largos de los años, la violencia continua, cierto es que lo logros obtenidos gracias a la sentencia de la Corte Interamericana, son muchos y aquí cabe nuevamente la acotación de que nuestro derecho interno,ha tenido grandes modificaciones significativas derivadas del derecho internacional que ha impuesto modificar y fortalecer los derechos humanos.
El ejemplo más claro de ello, lo tenemos en la reforma constitucional de 2011, que otorgó a los derechos humanos en general, el respeto estricto no solo establecido en la Constitución Política del País, sino en los Tratados Internacionales de lo que México es parte, un tema que hasta este día genera controversia, pero que mucho ha contribuido a la exigencia por el respeto a los derechos humanos, entre ellos el respeto y erradicación a la violencia en contra de mujeres niñas y niños, un gran pendiente en nuestro país.
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