Para la sabiduría japonesa la belleza también es imperfección. Sí, así como lees. La fugacidad de la vida, la muerte, el dolor y la impermanencia de las cosas también son bellas a su modo y tal como se presentan. Para ello, el término Wabi-sabi (侘寂) es una visión estética, un modo de vida, una filosofía.
Vivimos en un mundo obsesionado con la perfección y esto nos mantiene alejados de nuestra esencia. Es una sociedad selfie, es decir, que vive ensimismado en alimentar el ego con frivolidades de la apariencia.
Pero, ¿dónde queda lo genuino?
La perfección va de la mano de la naturaleza y ésta en su esencia puede ser también caótica, rebelde, sin control. Parte de la naturaleza no solo es el verdor de un paisaje y sus colores vibrantes. Naturaleza también pueden ser los parásitos, los desastres naturales, el veneno letal de muchos animales, las enfermedades fatales. Vida y muerte, lo feo, lo bonito, lo duradero y lo efímero. Todo en su perfecta imperfección.
Nada es para siempre, nada está terminado. Pensar así puede ayudarnos a aceptar la imperfección como parte de la vida. Es la única manera de conectarnos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo que nos rodea.
Wabi: humildad y simplicidad
Sabi: belleza que viene con el paso del tiempo y el uso.
Recuerda: nada dura, nada está completado y nada es perfecto. Y eso está bien.
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