El arribo de la época más esperada del año llega aparejada con la presión de las redes sociales: imágenes de familias perfectas, abundancia económica, decoraciones impecables, los mejores regalos, los mejores looks. Vivimos en un mundo que se rige por las apariencias, los derroches consumistas y la excesiva comparación impuesta por las redes sociales. ¡Qué difícil es cumplir las expectativas sociales y posar para la foto perfecta en el Instagram!
Pero, ¿nos hemos preguntado a quiénes queremos impresionar y por qué? Esta excesiva sobreexposición de la felicidad a través de las redes sociales ¿qué esconde o qué trata de decirnos? Es increíble la cantidad de personas que en cuanto se apaga a cámara de su teléfono móvil se sienten tremendamente solas, infelices, y sin contacto real en estas navidades. Entonces, ¿por qué cumplir las expectativas que nos imponen?
Esta constante comparación con otros es un barómetro bastante exigente e injusto que solo nos trae frustración y depresión al no cumplir las expectativas tan altas que nos impone la sociedad. Para contrarrestarlo, creemos que compensamos ese vacío llenando nuestra vida de objetos materiales que satisfacen nuestra dosis de consumismo pero que no nos aportan bienestar ni felicidad.
Vivimos en una sociedad en la que la soledad o el aburrimiento están casi demonizados. La felicidad es un parámetro obligado, y en las redes sociales todos parecen sacados de una película navideña de Hollywood con una vida perfecta. Pero a puerta cerrada, ¿cómo nos sentimos realmente? ¿Qué sensaciones experimentamos? Pregúntate, ¿qué es para ti la navidad y qué esperas de ella?
Te propongo como ejercicio estas navidades, apagar las notificaciones de tu teléfono y estar más presente en tiempo real. ¿Qué pasa si te digo que más allá de la foto perfecta puedes pasar unas navidades compartiendo y conociendo más a tus seres queridos y las personas que tienes en tu entorno? ¿Qué pasa si te digo que dejes de compararte con la vida de los demás y comiences a satisfacer tus propias necesidades y deseos?
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