¿Quieres pasar un fin de semana increíble en Xico, Veracruz?

Hace un par de semanas mi familia y yo tuvimos un fin de semana increíble en un lugar encantador. 

Buscábamos alejarnos de la ciudad y liberarnos de las normas preventivas de covid por unos días, para descansar del uso de cubrebocas, geles antibacteriales, etc. Entonces decidimos buscar una cabaña diferente, acogedora, y en medio del bosque pero que contara con todos los servicios y amenidades.

Fue así como mi mamá, dos hermanas y mi sobrina de 4 años, decidimos hospedarnos un fin de semana en el Rancho Tlacuilollan, ya que en una publicación de las redes sociales encontramos que cuentan con una Cabaña grande para 13 personas, dos Glamping y un Camper para grupos más pequeños como el nuestro. 

Una vez que reservamos la cabaña, nos dispusimos a visitar el pueblo mágico de Xico, ya que queda de paso. Xico es un pueblo sobre las faldas del Cofre de Perote, a 15 minutos del Pueblo Mágico de Coatepec y media hora de la capital del estado, Xalapa.

Caminando por sus hermosas calles empedradas y arquitectura colonial; conocimos el museo del danzante regional y la tienda Acamalin (ubicada en Hidalgo #150 una de las calles principales del centro) donde la famosa “Doña Lilu” nos ofreció productos típicos del pueblo como licores, conservas, mole, salsas, mermeladas y café Xiqueños. Entrar a su tienda y ver las fotos con exgobernadores y famosos, así como premios y reconocimientos por sus recetas, hacen notar de la gran tradición, calidad y renombre de los productos de Doña Lilu y del pueblo de Xico en la gastronomía del estado de Veracruz. 

Más adelante sobre la misma calzada, conocimos algunas de las panaderías tradicionales, y pudimos saborear los famosos tamalitos canarios Xiqueños.

Por recomendación del anfitrión, comimos en el restaurante “La Molienda” que se encuentra junto al río al llegar a Xico, en donde saboreamos una deliciosa trucha al acuyo (hoja santa) de los criaderos y huertos del pueblo, con una zarzaparrilla (tipo refresco de raíz local), y un caldo “xonequi” junto con los taquitos de tortilla de mano recién hechas con frijoles y salsas que son cortesía del restaurante. 

Despues de Xico recorrimos 9 kilómetros en 20 minutos hasta llegar al rancho. En el trayecto cruzamos algunos ríos y varias zonas boscosas. Benito quien es el encargado del rancho nos dio la bienvenida al llegar a la cabaña. Para nuestra sorpresa la cabaña resultó mucho más bonita que en las fotos; fruta, café local y flores fueron parte de la cortesía en nuestro recibimiento. Amablemente Benito nos explicó las diferentes veredas y actividades para realizar en el Rancho: senderos interpretativos en el bosque, alimentar a los animalitos de la granja, pescar tu propia trucha, paseo a caballo, temazcal tradicional y cosechar hortalizas y frutas de temporada. 

Una de las sorpresas más gratas fue que el Glamping donde nos hospedamos está sumergido entre el Bosque de liquidámbar, lo cual es una experiencia única, ya que el aire fresco y puro, y los aromas que emanan estos árboles se hacen presentes todo el tiempo generando una atmósfera de bienestar. Los senderos que recorrimos también están rodeados de liquidámbar, bambús, helechos del bosque, flores, y otras especies que se hacen presentes gracias a que hay tal cantidad de árboles en el lugar.

La cascada es otro gran atractivo del Rancho, ya que para llegar a verla hay que atravesar un puente colgante, desde donde se logra ver la caída del agua así como la cañada donde se puede practicar rappel. Además, la caída de agua de la cascada provoca un sonido muy placentero que se puede apreciar incluso a lo lejos, y hace que durante el día y la noche te haga sentir totalmente relajado.

El Rancho Tlacuilollan además de ser una joya ecoturística para reconectarte con la naturaleza, también es un lugar para reconectarte contigo mismo, y el Temazcal es una de las medicinas ancestrales que puedes recibir aquí, sobre todo que está justo al lado de un río en el cuál (en los meses que tiene agua) puedes darte un chapuzón inmediatamente después de terminar el temazcal para culminar poderosamente el ritual. Agradecemos a Benito y a Yahi porque tuvieron todo listo para que yo y mi familia pudiésemos entrar, es importante avisarles con anticipación para que tengan todo preparado.

Otra de las actividades que disfrutamos en familia fue el paseo a caballo, porque es otra modalidad con la que puedes recorrer el rancho, incluso los niños pueden hacerlo, fue la primera vez que mi sobrina vivió esta inolvidable experiencia que sin duda le encantaría repetir, es cien por ciento seguro porque los vaqueros te guían y te cuidan en todo el paseo y así no tienes que preocuparte por nada más que de disfrutar los diferentes paisajes; también es importante que previamente solicites esta actividad con Benito. 

Tuvimos la grandiosa fortuna de apreciar un cielo estrellado durante la noche al calor de la fogata mientras asábamos bombones, uno no puede irse a la cama sin disfrutar de este momento a la luz de la luna en total paz y armonía.

La experiencia con la que nos despedimos del Rancho (soñando con regresar pronto) fue la cosecha de peras y hortalizas. Dependiendo de la temporada del año uno puede cosechar diferentes alimentos: arándanos, manzanas, elotes, frijol, zarzamoras, zacate limón, anís, flor de calabaza, calabazas, tomatillos, kale, lavanda, romero, lechuga, acelgas, espinacas, chiles, uff la lista es larga (si quieres cosechar de todo entonces tendrás que visitar el Rancho Tlacuilollan varias veces al año jeje); como les mencioné, a nosotras nos tocaron peras y hortalizas que usamos para cocinar durante nuestra estancia junto las truchas que pescamos en el estanque del rancho y algunos alimentos que compramos dentro de la comunidad: queso de cabra, leche bronca, huevos de rancho, frijoles guisados por las señoras de la comunidad, picaditas y mole. 

Esta es otra de los grandes aprendizajes que te deja el Rancho Tlacuilollan, reconectarte con la comida y con el campo, saber de dónde vienen nuestros alimentos, cómo crecen, y cosecharlos con tus propias manos; sentir la frescura, los aromas y sabores auténticos, te hacen reflexionar sobre lo importante que es para la salud alimentarte con comida fresca, nutritiva, local y de temporada; y esto lo recalco como Nutrióloga  y Promotora del bienestar, preocupada por la cantidad de enfermedades ocasionadas por estilos de vida insalubres, dentro de éstos, los malos hábitos de alimentación. Es urgente darles el peso que tienen y priorizar nuestra alimentación como el camino para conseguir un óptimo estado de salud y no enfermar, es por ello que aprovecho este espacio desde donde me leen para invitarles a que me sigan en redes sociales (Facebook Nutrióloga Jeyma Patiño, Salud integal,  Instagram Nutrióloga Jeyma Patiño), visiten mi sitio web y escuchen mi programa de radio “La Mesa Puesta”, los martes en punto de las 8 PM a través de RTV en la 107.7 FM.

Finalmente debo reiterar lo importante que es para nuestro estado conocer, promover y consumir las maravillas que nos ofrece, y así potenciar el desarrollo de proyectos que dan trabajo a los habitantes que en éstos participan para que sigan creciendo y continuar haciendo de Veracruz el estado que lo tiene todo.

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