Tres meses después de que iniciara el invierno, finalmente nos despedimos de él y le damos la bienvenida a la primavera. Es el momento en el que la naturaleza, gracias al incremento de tiempo de luz solar y de las temperaturas, comienza a resurgir tras haberse disminuido a su mínima expresión debido a los fríos y secos meses de diciembre, enero y febrero. Muchas personas podemos olvidar que nosotras también somos parte de la naturaleza, y es por eso que en México existen un sinfín de rituales –como ir a los sitios arqueológicos de Teotihuacán o de Chichen Itzá– para recibir de la mejor manera esta nueva estación. De esta manera, se aprovecha al máximo toda la energía que el planeta está recibiendo por parte del Sol.
¿Qué representa el cambio de estación en nuestras vidas?
Al igual que la Tierra y todas las plantas y los animales que son parte de ella, los humanos estamos regidos por ciclos en los que nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos. Y esto no necesariamente habla del ciclo de vida per se, sino de los incontables ciclos que iniciamos y terminamos en nuestra vida. La primavera, como nos lo muestra la naturaleza, es el momento en el que podemos aprovechar todo lo que vivimos durante el invierno. Desafortunadamente y por la contingencia de COVID-19 varias familias no se pudieron reunir para iniciar el año juntas; la realidad de lo cambiante que son las cosas es un gran aprendizaje que podemos integrar a nuestra vida.
El año pasado fue uno sin precedentes que dejó muchas cicatrices en la vida de las personas, pero al igual que los árboles resurgen durante la primavera del mismo suelo que las vio perder sus hojas, a las personas se nos presenta la oportunidad de reinventarnos. Así sea creando nuevos propósito, nuevos hábitos o simplemente dejando aquellos que ya no nos aportan nada en nuestra vida, esta estación nos brinda la maravillosa oportunidad de comenzar de nuevo. No por nada nuestros antepasados le atribuían a estas fechas mucha importancia: es el momento ideal para abrirnos a lo nuevo y dejar ir lo viejo. No se necesita ir a algún lugar en específico para ello, con mantener una mente receptiva al nuevo ciclo que inicia el planeta y teniendo claras nuestras intenciones para los siguientes tres meses, nos veremos beneficiados.
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