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Armonia y Bienestar

La lentitud como filosofía de vida

| 2022-02-24 |
La lentitud como filosofía de vida
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Nos prometieron que la tecnología trabajaría por nosotros y que seríamos más felices, pero hay estadísticas que demuestran que trabajamos 200 horas más al año que en 1970. La insatisfacción vital y la prisa definen nuestros días.

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Carl Honoré, autor del éxito mundial "Elogio de la lentitud", nos ofrece una excelente radiografía de los males de nuestra sociedad y el remedio para sanarlos: la filosofía Slow. Se trata de simplemente reducir la marcha y buscar el tiempo justo para cada cosa.

La filosofía Slow actualiza los conceptos clásicos de cualquier tradición espiritual sobre la importancia del ser en vez del tener y del vivir en el aquí y ahora. Honoré nos hace entender por qué la vida Slow y la lentitud no son "cosas de vagos", sino una forma de ser más productivos y vivir más satisfechos.

"La velocidad es una manera de no enfrentarse a lo que le pasa a tu cuerpo y a tu mente, de evitar las preguntas importantes... Viajamos constantemente por el carril rápido, cargados de emociones, de adrenalina, de estímulos, y eso hace que no tengamos nunca el tiempo y la tranquilidad que necesitamos para reflexionar y preguntarnos qué es lo realmente importante¨ plantea Honoré.

"La velocidad en sí misma no es mala. Lo que es terrible es poner la velocidad, y la prisa en un pedestal... Al principio era solo el terreno laboral, pero ahora ha contaminado todas las esferas de nuestras vidas, como si fuera un virus: nuestro modo de comer, de educar a los hijos, las relaciones, el sexo... hasta aceleramos el ocio. Vivimos en una sociedad en que nos enorgullecemos de llenar nuestras agendas hasta límites explosivos"

La lentitud nos devuelve una tranquilidad y un ritmo pausado que nos permite ser más creativos en el trabajo, tener más salud y poder conectarnos con el placer. Hay que reaprender el arte de gozar si queremos ser felices. Hemos perdido la capacidad de esperar. La cultura de la gratificación instantánea es muy peligrosa.

Los expertos coinciden en que el exceso de trabajo acaba por ser contraproducente. Por ejemplo, según la Organización Internacional del Trabajo, los británicos pasan más tiempo en el trabajo que la mayoría de los europeos y, sin embargo, tienen una de las tasas de productividad por hora más bajas de Europa.

Practicar la filosofía Slow es aceptar que uno vive mejor cuando hace menos.

¿Cómo comenzar? Mirar la agenda y colocar todo lo que hacemos durante la semana en orden de prioridad. Empezar a cortar desde abajo, lo que no resulta nada difícil, porque llenamos nuestro tiempo de cosas que no son esenciales, lo hacemos por reflejo, no cuestionamos si realmente vale la pena o si se alinea con nuestras necesidades. El segundo paso es seleccionar los programas de televisión que nos interesan y no encender la tele por costumbre. Así le podrá dar más tiempo a las cosas importantes: la comida, las relaciones, el sexo, lo lúdico y la calidad de trabajo.

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