Cada verano, es común encontrar artículos que advierten sobre el aumento de separaciones de pareja tras las vacaciones, la convivencia prolongada saca a flote tensiones que durante el invierno podían pasar desapercibidas.
En 2008, los investigadores David McCandless y Lee Byron analizaron actualizaciones de estado en Facebook para determinar patrones en los rompimientos sentimentales.
Su análisis reveló que es durante la primavera cuando se registran más cambios de "en una relación" a "soltero". Esto sugiere que, más allá del verano, el inicio de la primavera podría ser aún más decisivo.
Ese mismo año, el psicólogo Antonio Bolinches y su equipo realizaron una investigación clínica que arrojó otros momentos clave: enero y septiembre suelen ser los meses en los que más parejas deciden separarse. Ambas fechas coinciden con el cierre de ciclos vacacionales Navidad y verano, lo que sugiere que el regreso a la rutina y la presión familiar pueden influir notablemente en la decisión.
Además, en 2016, el diario británico Daily Mail retomó el análisis de estados en Facebook para identificar fechas sensibles. Entre ellas se destacan dos semanas antes de Navidad y el día posterior a San Valentín, el 15 de febrero. El mismo estudio sugiere que, por lo general, evitamos terminar relaciones en días emocionalmente simbólicos como cumpleaños, celebraciones o fechas festivas, intentando reducir el impacto emocional de la ruptura.
Ahora bien, cuando una relación llega a su fin, se inicia un proceso similar al duelo, en el que se transita por distintas emociones dolorosas pero necesarias para adaptarse a una nueva realidad. Este proceso incluye cinco fases: negación, ira, negociación, depresión y finalmente aceptación.
Durante este proceso es común que aparezcan pensamientos distorsionados como "no encontraré a nadie más", "no podré seguir sin ti" o "me muero si te vas". Estas creencias, aunque comprensibles, alimentan la dependencia emocional y dificultan avanzar.
La Universidad Autónoma de Guadalajara publicó un artículo indicando que, para quienes atraviesan una ruptura, expertos en psicología recomiendan diversas estrategias que pueden ayudar a sobrellevar la situación de manera más saludable:
Así que, aunque los datos no nos dejan una única respuesta sobre si el verano es realmente la "temporada alta" de las rupturas, lo mejor que puedes hacer es disfrutar tus vacaciones en pareja y dejar que el tiempo y la honestidad emocional dicten el rumbo en septiembre.
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