Ante el desastre ocasionado por las tormentas y huracanes que han golpeado recientemente a diversos lugares de México, como el Estado de Veracruz, muchas personas pueden sentirse emocionalmente impactadas por los difíciles momentos vividos y/o por las diversas pérdidas sufridas. Es absolutamente normal
tener sentimientos y emociones como la tristeza, la angustia, el temor, la confusión, la rabia y la desesperanza en momentos como éste,
Con el fin de contribuir al bienestar de personas y grupos afectados por este desastre natural, compartimos algunas recomendaciones generales sobre el cuidado emocional en situaciones de crisis (algo similar a los “Primeros Auxilios Emocionales”).
Si tú deseas ayudar a otras personas (niños/as, jóvenes o adultos) afectadas de alguna manera por el desastre a recuperar su estabilidad emocional, y te sientes en capacidad de hacerlo, ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Primero, asegúrate de tu propia estabilidad emocional antes de intentar ayudar a otros. Es muy importante que te sientas calmado/a, que tengas clara la situación y que estés optimista sobre la posibilidad de seguir adelante.
- Conversa con la otra persona en un ambiente reservado y tranquilo, en una forma respetuosa y clara y sin prisa.
- Procura que la persona se sienta física y emocionalmente segura: sé cálido/a y hazle saber que la escuchas, que deseas ayudarla y que su plática será confidencial.
- Mantente cerca de ella y usa el contacto físico (por ejemplo, tomarla de la mano) solamente si estás segura/o que resultará apropiado para ella, según su edad, su estilo personal y la relación previa entre ambos.
- Habla en forma clara, sencilla y siempre con la verdad.
- Invítale, sin forzarle, a que te cuente cómo vivió la experiencia del desastre, dónde se encontraba, qué sintió, qué pensó, qué le ocurrió, cómo reaccionó. Y también, cómo se siente en el momento actual. Si se trata de un niño pequeño, invítale a pintar sobre su experiencia.
- Escúchale con empatía, no le interrumpas, permite que haga silencio y/o que repita la historia si lo desea.
- Muéstrale que le comprendes, que no le juzgas y que sabes que sus reacciones son normales, naturales y necesarias en momentos de crisis.
- Ayúdale, mediante preguntas y después de escuchar su historia, a reconocer los recursos propios y externos a su alcance y que puede usar para recuperarse y para enfrentar las consecuencias del desastre.
- Anímale a cuidar de su bienestar mediante acciones como: comer en forma balanceada, dormir y descansar lo suficiente, mantenerse cerca de sus seres queridos y compartir sus ideas y sentimientos, hacer actividades que le gusten mucho, practicar ejercicio con frecuencia, orar o meditar y evitar o disminuir al máximo la exposición a personas y noticias negativas.También tú puedes cuidarte de esta manera.
Por último, hazle saber que estás seguro/a que ella/él
se recuperará
y que podrá conversar contigo nuevamente si así lo desea.