En menos de 2 años la vida como la conocíamos ha cambiado por completo. Esto, a su vez, generó una crisis de ansiedad e incertidumbre en quienes tenían mucha costumbre –y apego– a su rutina del día a día. La lección que podemos adquirir de esta situación es que todo en la vida es cambiante; nada permanece igual por mucho tiempo. Por lo tanto, es saludable aprender cómo adaptarse a los cambios a la rutina, ser flexible y mantenerse con enfoque a pesar de los momentos caóticos de la vida, aquí te damos 3 consejos para lidiar con ello:
1.- No dejes tu felicidad en manos de lo transitorio: así sea un trabajo, una relación, una ciudad, o cualquier otra situación de vida. Nada es permanente. Por ello, nos conviene relacionarnos de una forma desapegada y ecuánime con todo y todos.
2.- Mantente siempre satisfecho/a con tu vida: y esto no quiere decir que no tengas propósitos, deseos y ambiciones. Lo que significa es que aprendamos a ser felices con lo que tenemos aquí y ahora. Cuando cambien, podremos fácilmente volver a sentir satisfacción con lo nuevo, en lugar de desgastarnos pensando en el futuro o en que seremos felices cuando suceda tal o cual cosa.
3.- Crea dentro de ti un refugio: el único lugar en el que siempre podremos resguardarnos del caos del mundo externo sin importar el día ni la hora es nuestro interior. Mejora tu relación contigo mismo/a y háblate como le hablarías a tu mejor amigo. Al final del camino, la única persona con la que compartirás la totalidad de tu vida eres tú.
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