No es fácil perdonar a otras personas, y mucho menos a nosotros mismos. Es tarea de valientes tomar la iniciativa y romper con las cadenas de la culpa. No es suficiente decirnos: ¨te perdono¨ y ya. Según Virginia Gawel, psicóloga, docente, escritora y conferencista, no es posible perdonar desde la voluntad, lo que sí podemos hacer desde la voluntad es elegir cultivar ese proceso. Porque cabe aclarar, el perdón no es un acto, es un proceso que tiene etapas y toma tiempo.
Aquí hay tres pasos de ese proceso que te ayudarán a lograr el autoperdón:
Primer paso: desenquistar al dañador
Hay que ponerle un detente a la situación para que no nos siga lastimando. Para comenzar el proceso de perdonar, esas acciones que rechazamos ya no deben tener efecto sobre nosotros.
Segundo paso: pedir perdón
Este es un trabajo indispensable para la liberación. Es bastante complicado, sobre todo si acostumbramos a victimizarnos. Entonces, debemos pensar y determinar exactamente en qué nos equivocamos. Identificar qué nos llevó a actuar así, bien sea por torpeza, inmadurez o de forma inconsciente. Con este reconocimiento del error, ya podemos brindarnos una disculpa.
Tercer paso: enmendar
¿Qué podemos hacer para reparar ese daño que causamos? Muchas veces es posible reivindicarnos. Otras, simplemente se requiere que nos hagamos el propósito de que ya no actuaremos de esa manera cuando ocurra una situación similar.
¡Pruébalo y fíjate cómo te sientes al ejecutarlo!
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