Preparar postres caseros no solo es una forma de disfrutar de algo dulce, sino también una excelente oportunidad para ahorrar.
Con menos de 100 pesos, puedes crear deliciosas opciones que te sorprenderán tanto por su sabor como por su simplicidad.
Aquí te dejo tres ideas que son fáciles de hacer, deliciosas y muy económicas.
Es un postre fresco y colorido que puede adaptarse a cualquier temporada. Solo necesitas un paquete de gelatina de cualquier sabor (como fresa, piña o uva) y frutas frescas como fresas, duraznos o manzanas. Prepararla es tan sencillo como hacer la gelatina siguiendo las instrucciones del paquete y agregarle trozos de frutas dentro del molde antes de refrigerarla.
Este postre no solo es económico, sino también ligero y refrescante, ideal para después de una comida pesada. Además, puedes variar las frutas según lo que tengas disponible, lo que hace que este postre sea muy flexible. Por lo tanto, es una excelente opción para quienes buscan algo dulce y saludable.
Es otro clásico que nunca pasa de moda y, lo mejor de todo, es muy barato de hacer. Con ingredientes básicos como arroz, leche, azúcar y canela, puedes crear un postre tradicional que le gustará a toda la familia. Este postre tiene la ventaja de que los ingredientes son comunes en casi todas las casas, por lo que no tendrás que gastar mucho dinero ni salir de tu hogar para conseguirlos.
Además, el arroz con leche es muy reconfortante, ideal para acompañar en épocas de frío. Es una opción perfecta para esos días en los que deseas algo dulce pero no quieres complicarte en la cocina.
Es otro postre fácil y económico que no requiere horno. Solo necesitas galletas, leche condensada, crema para batir y esencia de vainilla. Este postre es una excelente alternativa para quienes buscan un postre rápido, delicioso y que se pueda preparar con antelación. La combinación de las galletas con la mezcla de leche condensada y crema crea una textura suave y cremosa que encanta a todos.
Además, puedes hacerlo con cualquier tipo de galleta, lo que te permite experimentar con diferentes sabores. Es una opción que gusta tanto a adultos como a niños y no requiere grandes habilidades culinarias.
La importancia de preparar postres en casa radica no solo en el ahorro, sino también en el control que tienes sobre los ingredientes. Al hacerlos tú mismo, puedes evitar los conservantes y los excesos de azúcar que a menudo contienen los postres comprados. Además, preparar algo casero para compartir con la familia o amigos siempre tiene un toque especial que se disfruta mucho más.
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