Veracruz | 2022-10-06
Tomás Antonio Díaz Alanís, en algún momento militante de la izquierda veracruzana, es uno de aquellos jóvenes que participaron en los eventos previos al arranque de las Olimpiadas.
En aquel tiempo tenía 21 años de edad.
Hoy, 54 años después, tiene 75 años, 4 hijos y 6 nietos.
Mira la vida con optimismo, al igual que los otros exparticipantes.
“Escogieron a los mejores deportistas para llevar el Fuego Olímpico de todas las ramas deportivas del puerto, a los mejores. Entonces nos prepararon 2 años antes de que llegara el Fuego Olímpico, desde 1966, con el profesor Rolando comenzamos a practicar y a entrenar y a correr. El Fuego Olímpico llegó a Veracruz el 6 de octubre de 1968”, recuerda.
-¿Tú fuiste uno de los que nadaron y trajeron el Fuego por el mar?
“No, yo corrí el Kilómetro 41 y estuve en una tabla gimnástica que se hizo en el Estadio Pirata Fuente, ahí estuvimos y al otro día nos fuimos a correr el Kilómetro 41. A cada atleta que corría un kilómetro le regalaban la antorcha, por eso ves muchas antorchas; yo traje mi antorcha, fue una maravillosa experiencia”, recuerda con nostalgia, pero con alegría.
Se dice afortunado por haber participado en un evento así y por ser un sobreviviente, pues la mayoría se ha adelantado en el viaje sin retorno.
“Han muerto muchos, ya quedamos pocos, como ves. Aquí éramos 100”, señala Díaz Alanís.
-¿Y cuántos sobreviven ahorita?
“Pues… me imagino que quedaremos como unos 40”.
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