Ciudad de México | 2021-07-15 | Judith Sánchez Reyes
Con la llegada del tan afamado sistema de alta precisión: Da Vinci, en el 2006 a Monterrey, inició la implementación de la cirugía robótica en México para tratar– inicialmente- problemas de cáncer de próstata.
Este robot, utilizado en otras partes del mundo, se encargó de demostrar los beneficios para los pacientes que se sometieron a este innovador procedimiento en el Hospital Ángeles de México, de ahí se comenzaron a enumerar casos de éxito.
A nivel nacional aún son pocos los médicos especializados en cirugía robótica, pero el Puerto de Veracruz tiene un digno representante en esta área: el Dr. Rodrigo Ruz Barros, quien además de contar con una larga lista de procedimientos quirúrgicos exitosos, comparte su conocimiento para que más de sus colegas incursionen en este fascinante mundo de los robots, las pantallas 3D y las consolas de mando.
En mayo de 2014 este médico veracruzano realizó la primera cirugía robótica ginecológica en el país, gracias a la adquisición de nuevas versiones de Da Vinci por parte del Hospital Ángeles de México.
“No se me olvida la fecha para nada, porque fue el día 21, día de mi cumpleaños. Inicialmente teníamos programada a una paciente para una histerectomía (cirugía para extirpar la matriz) laparoscópica, pero le propusimos probar esta plataforma tecnológica, que si bien no era experimental porque ya tenía muchos años utilizándose en el mundo, era la primera vez que iba a ser utilizada en nuestro país, le pedimos nos tuviera la confianza; accedió, y logró corregir su problema de forma satisfactoria con muy buenos resultados”, relató.
El cirujano ginecológico, egresado de la Universidad de Veracruz, junto con su personal de asistencia, constató el poder de recuperación de la paciente, debido a la mínima invasión de la intervención quirúrgica robótica, que se tradujo en menos riesgos postoperatorios, menor dolor y cuyas cicatrices, estéticamente no sería tan burdas, se borrarían con mayor facilidad al paso del tiempo.
A partir de esa fecha comenzó la profesionalización de Ruz Barros que lo llevó a obtener el grado de proctor certificador autorizado en México, respaldado por el Intuitive Surgical INC, empresa estadounidense encargada de desarrollar, fabricar y comercializar productos robóticos para realizar este tipo de operaciones, sobre todo, crear nuevas versiones de Da Vinci.
Combinación
“En mi caso yo soy como la parte híbrida, pues yo tengo esa peculiaridad, ya que únicamente me dedico a esto y en nuestro medio, en México, el ginecólogo usualmente divide su práctica en 80 o 90 por ciento obstetricia, es decir, atender a mujeres embarazadas y un 10 o 20 por ciento en práctica ginecológica. Yo me dedico 100 ciento a la práctica ginecológica, por lo que combino perfectamente ambas técnicas”.
Las segundas
“En Medicina hay una máxima: ‘Los ojos no ven, lo que la mente no conoce”, es por ello, que ante un diagnóstico serio, en donde la propuesta de tratamiento sea un procedimiento quirúrgico, nunca va a estar de más una segunda opinión”, aseveró el cirujano robótico ginecológico que realizó estancias médicas en España y Alemania.
De ahí que Rodrigo Ruz Barros, se ha convertido en una buena segunda opción, al ofrecer una solución por medio de la cirugía laparoscópica o la cirugía robótica, con resultados exitosos en las intervenciones quirúrgicas y con ello, mejorar el pronóstico en la salud de las pacientes.
La tecnología en Veracruz