Veracruz | 2025-03-01
Vecinos y conductores están que echan chispas porque la calle Joaquín Perea y Paseo Limón, en Las Brisas, parece zona de guerra con tanto bache. No es exageración, ¿eh? Cada que llueve, los hoyos crecen más que los problemas de la quincena y ahí siguen, sin que nadie les meta mano.
Esta calle no es cualquier callecita olvidada, no, señor. Es una vía importante que conecta con Río Medio y la zona norte de la ciudad. A cada rato pasan carros particulares, pero lo peor es que también circula el transporte público urbano, y ya sabemos cómo manejan algunos choferes: rápido y con poca paciencia. Entonces, cuando caen en un bache, parece que la llanta se va a desarmar y el pasaje va dando brincos como si fuera en una montaña rusa chafa.
Los conductores tienen que andar sorteando los cráteres como si fueran pilotos de rally, pero no siempre les sale bien la jugada. A más de uno se le ha ponchado la llanta o, peor, ha tronado la suspensión del carro. Y ni hablar de los que pasan en moto, porque un mal cálculo y van derechito al suelo.
El problema no es nuevo, pero sí es cada vez más grande. Cuando mucho, llegan a echarles un poco de grava y tierra, como si con eso se arreglara la bronca. Pero con la primera lluvia, todo se deslava y quedan los hoyotes otra vez, listos para hacerle la vida imposible a los automovilistas.
La pregunta es: ¿hasta cuándo? Porque el coraje ya lo traen todos bien atorado. Mientras tanto, los baches siguen ahí, esperando al siguiente despistado para darle un buen susto... o una buena friega al carro.