| 2021-07-22 | Heladio Castro
El sector de marinos mercantes de Veracruz, demanda a la federación acciones contundentes para acabar con la delincuencia que flagela al personal de plataformas petroleras y de buques cargueros en inmediaciones de la Sonda de Campeche, por los daños económicos y atentados a la seguridad.
El inspector de la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), Enrique Lozano Díaz, alertó que se vive en zozobra en la inmensidad del Golfo de México, por las irrupciones de piratas, y pidió aplicar tecnología para monitorear plataformas y buques, así como establecer bases marítimas en sus cercanías.
El caso más reciente ocurrió el lunes de esta semana cuando unos 8 hombres irrumpieron en lanchas en la plataforma Autoelevable Sandunga, de la empresa GOIMAR, y huyeron con un botín valuado en unos 250 mil pesos entre herramientas y equipo de respiración autónoma, el personal no sufrió agresiones porque logró resguardarse en la cabina de control.
La situación no es nueva, viene desde hace muchos años. Los delincuentes dan treguas y cuando todos se confían, reaparecen, aprovechando la soledad del mar y la falta de vigilancia, por lo que, los trabajadores de buques y plataformas son presas fáciles.
“Este año 2021 van más o menos 7 a 8 casos en la Sonda de Campeche; en el 2020 fueron 20 casos que tenemos registrados. Se habían calmado los atracos, pero nuevamente vuelven y al parecer estos delincuentes esperan a que la autoridad marítima, en este caso la SEMAR, salga de las aguas y vuelven a atacar.
“Se supone que son mexicanos y usan lanchas rápidas, de pescadores. No sabemos si son pescadores o alguien que trabajó en Pemex o algún grupo delictivo. Reportaron que fueron 8 fuertemente armados, no sabemos de qué tipo de calibre, y toda la tripulación fue a esconderse. Como tienen motor fuera borda viajan muy rápido, llegan de sorpresa y de la misma manera salen huyendo”, explicó Lozano Díaz.
PELICULESCO
El inspector ITF resaltó que como en una película de acción, los delincuentes aprovechan el factor sorpresa y cuando los tripulantes se dan cuenta ya los tienen enfrente, amenazándolos con armas de fuego o punzocortantes, y después vienen los atracos que quedan en la impunidad.
Generalmente los trabajadores no oponen resistencia porque entienden su vulnerabilidad y prefieren conservar la vida, pero en ocasiones sí sufren agresiones, como ha ocurrido en el buque ‘Remas’, de una empresa italiana.
“En el buque ‘Remas’ en noviembre del 2019, no sabemos si fue forcejeo, pero le hicieron una herida de bala a un extranjero y también golpearon en la cabeza a otro tripulante. El buque se encuentra en Tuxpan, ahí está trabajando. Ya lo han atacado 2 veces, la otra fue en el 2020, pero la del balazo fue en el 2019. Es un barco chico, la cubierta hacia el mar es muy corta y es fácil de abordar”, explicó Lozano Díaz.
Destacó que la vulnerabilidad se debe a las enormes distancias en altamar, desde la zona continental hasta el punto donde estaba el buque cuando lo atacaron son casi 80 millas, de modo que cuando llegó una patrulla marítima ya era demasiado tarde.
El negocio es muy lucrativo pues, por ejemplo, un solo equipo de respiración autónomo puede costar entre 40 mil y 50 mil pesos, y debe de haber al menos uno por cada tripulante.
Por eso, sugirió que la autoridad federal establezca zonas de vigilancia con patrullas oceánicas en las cercanías de las plataformas petroleras y de los buques que llegan a esa área de la Sonda de Campeche; incluso, sería más rápido en helicóptero.
Dijo que la autoridad competente es la Secretaría de Marina, y sugirió que tanto las plataformas como las embarcaciones tengan sistemas de videovigilancia y grabación, y no conformarse con el radar.