Socorristas veracruzanos llevan una vida en constante peligro

Veracruz | 2021-06-23 | Mildred Lara

“Cada que nos subimos a una ambulancia para atender algún llamado, estamos corriendo peligro, ya que aun intentando no romper las reglas de tránsito vamos a exceso de velocidad. Estamos expuestos a sufrir algún accidente durante el trayecto, al llegar no sabemos a lo que nos vamos a enfrentar, muchas veces hay gente pesada y en ocasiones nos quieren golpear” Ernesto Días Mora, Coordinador de Socorros de la Cruz Roja Mexicana Delegación Veracruz – Boca del Río.

Cada 24 de Junio se conmemora el día del Socorrista, debido a la batalla “Solferino” en 1859, la cual fue liderada por Herni Dunant, fundador de la Cruz Roja, ya que dio pie al primer puesto de Socorros durante la batalla.

Ernesto Días Mora, detalló cómo es la vida de un paramédico desde su propia experiencia, y aunque aseveró que diario se encuentran con obstáculos, prefieren tomarlos como aprendizaje y esforzarse para continuar con la complicada profesión.

“Para un paramédico un día normal es empezar revisando el material que llevamos en la ambulancia, si estamos en casa de descanso y nos convocan por alguna emergencia tenemos que dejar lo que sea que estemos haciendo y reportarnos de forma inmediata”.

Parecieran ser personas muy fuertes, y lo son, sin embargo guardan muchos sentimientos los cuales no pueden ser expresados en los trágicos momentos en los que se llegan a encontrar ya que antes que cualquier emoción está probablemente la vida de otra persona.

“Aprendemos a controlar nuestras emociones, es indispensable para nosotros, sin embargo somos humanos y sentimos. Llega el momento en que tenemos que llorar o platicar con los compañeros o la familia para poderse desahogar, traer todo eso si nos llega a pesar y cambiar el humor o hasta deprimirnos. Siempre va a ser feo perder una vida pero tratamos de ser fuertes y no demostrarlo en el momento”, expresó.

En medio de la angustia que provocan los accidentes y los sentimientos a flor de piel, comentó, han llegado a intentar agredirlos, hecho que vuelve la labor aún más complicada.

“El mismo estrés de la gente por la urgencia hace que los familiares se tornen un poco agresivos y tratamos de controlarlos para poder atender al familiar. A veces piensan que no queremos ir a los servicios o que tardamos mucho en llegar, pero no nada más es responsabilidad de nosotros” detalló.

Sin duda alguna, el ser paramédico es un trabajo que no cualquiera puede desempeñar, se necesita mucho valor, disposición, responsabilidad y entrega.

“Quiero felicitar a todos los paramédicos, a los muchachos que son remunerados y voluntarios, no nada más de la institución en Veracruz, sino de todos lados, siempre están disponibles y dispuestos a ayudar”.

Experiencias que marcan

Ernesto Días Mora, contó que desde muy pequeño se vio involucrado en la profesión, lo que lo llevó a especializarse.

“Desde muy pequeño tuve la oportunidad de permanecer a un kínder en donde se hacían muchas visitas a la Cruz Roja, posteriormente, en bachillerato me invitaron a formar parte de un grupo llamado juventud, el cual se dedica a hacer labor social. Me inscribí a la escuela de paramédicos, y desde que entré a "Juventud", ya tengo aproximadamente 15 años en la institución”.

A lo largo de una vida llena de tantos servicios de ayuda, hay situaciones que se quedan grabadas, y que no importan los años que transcurran o lo preparados que estén, siempre les pesará.

“Hace muchos años en uno de mis primeros servicios, en la autopista Veracruz – Cardel, (adelante del relleno sanitario donde ahora hay una bodegas), unas personas iban en un triciclo con unos niños, las personas dejaron el triciclo a orillas de la carretera, el peso venció y el triciclo se inclinó, pasó un tráiler y desgraciadamente murieron 3 niños, ese servicio ha sido el que hasta el momento no he olvidado. Eran 4 niños entre primos y hermanos, en el lugar había 2 fallecidos y trasladamos a los otros 2, de los cuales uno murió al llegar y el otro logró sobrevivir. Una escena bastante difícil de olvidar, tenía como 19 años”, narró con voz seria.

Sin embargo, la experiencia anterior no lo detuvo, al contrario, le dio fortaleza para seguir capacitándose, dar mejores servicios y abrir la mente a otras opciones.

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