| 2025-01-15
El estímulo fiscal al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) permitirá que no haya gasolinazo en los siguientes meses en México. El contador Ramón Ortega Díaz aclaró que el gobierno está retomando el estímulo fiscal para blindar al país de los factores internacionales.
El estímulo fiscal consiste en dejar de cobrar siete pesos del IEPS por litro de gasolina, una medida que busca mitigar el impacto de los altos precios internacionales del petróleo, los cuales han superado los 80 dólares por barril. Esto, explicó, es una estrategia del gobierno federal para evitar un incremento desmedido en los precios de los combustibles, que podría llevar el litro de gasolina a niveles de 27 o 28 pesos.
"El estímulo fiscal del IEPS es dejar de cobrar estos siete pesos de impuestos. Es una situación compleja porque el gobierno federal deja de recaudar este dinero, pero es necesario para evitar un impacto inflacionario mayor".
A pesar de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó una inflación anual de 4.21 por ciento al cierre de 2024, Ortega Díaz destacó que los alimentos experimentaron incrementos de dos dígitos, con variaciones de entre 12 y 20 por ciento.
"La ama de casa sabe que no fue un 4 por ciento de incremento; los precios en el supermercado cuentan otra historia", afirmó.
Dijo que el primer trimestre de 2025 será un periodo complicado, influido no solo por los precios de los energéticos, sino también por factores climáticos y el impacto invernal en Estados Unidos, que afecta los costos de ciertos productos y servicios.
Otro punto crítico es la depreciación cambiaria y sus posibles efectos inflacionarios. Con la toma de posesión de Donald Trump en Estados Unidos, el mercado especula sobre un tipo de cambio que podría oscilar entre los 21 y 22 pesos por dólar, aunque algunos analistas lo sitúan más alto.
"No esperamos una depreciación tan severa, pero las decisiones arancelarias que tome el gobierno estadounidense serán clave para el comportamiento del peso", explicó.
Aunque el Banco de México advirtió sobre un posible impacto inflacionario derivado de la depreciación del peso en las próximas semanas, consideró que este efecto no será inmediato, pues dependerá de factores geopolíticos y económicos que aún están en desarrollo.